La catástrofe ocurrida con el terremto de Turquía y Siria, que ya ha causado la muerte de más de 12.000 personas, plantea varias preguntas en caso de que pudiera registrarse uno similar en España, como si el lugar en que vivimos está preparado ante un seísmo de esa magnitud. Los expertos concluyen que el sur, por cómo están construidas sus viviendas, lo aguantaría mejor.
El último gran terremoto con víctimas que se produjo en España tuvo lugar en mayo de 2011 en Lorca (Murcia), cuando la tierra tembló con una magnitud de 5,1 en la escala Richter (2,8 menos que el trágico seísmo de esta semana) y causó nueve muertos y 324 heridos.
En España hay zonas que sí están preparadas para un terremoto de esa magnitud y otras que no, pero ambas respuestas tienen su porqué: "No es lo mismo construir en Madrid, donde el riesgo de seísmo es muy bajo, que hacerlo en Granada", donde, como ocurre en Murcia, Almería o Alicante, "se llega a construir para soportar valores de hasta 7 en la escala Richter".
Así lo explica a EFE el catedrático en Estructuras Salvador Ivorra, de la Universidad de Alicante (UA), que tiene una Unidad de Riesgos Sísmicos especializada en detectar y estudiar estos seísmos.
Su director, José Delgado, destaca al respecto que al ver un mapa sísmico de España hay lugares como Murcia, Alicante, Granada, la parte occidental de los Pirineos o Canarias que son más proclives que en otros, aunque los números que manejan distan de llegar a un sismo de magnitud 7 como el de Turquía y Siria.
No obstante, es por ello por lo que las viviendas del sureste peninsular o Canarias, donde el movimiento del magma provoca pequeños movimientos, están pensadas para "soportar" estos eventos naturales.
Por eso, Ivorra insiste en que construir en Castilla-La Mancha o en Granada es "absolutamente diferente", pues "habrá que considerar unas acciones mayores a la hora de dimensionar la construcción en Granada" y que implicará que los pilares sean de mayor dimensión o que tengan unas cantidades de acero diferentes, "pero también en la tipología constructiva, es decir, la forma en que se construye".
"Todas las recomendaciones indican la mayor simetría posible tanto en planta como en el alzado", resalta Ivorra, que expone que "si por criterios de diseño no existe esa simetría, habrá que hacer consideraciones estructurales de otra índole para poder resistir" un sismo.
En cuánto a si puede o no ocurrir un terremoto de esa magnitud en España, para Delgado, "sí y no", porque si bien la península "tiene cerca un límite de placas y hay fallas que se están moviendo y están produciendo terremotos", por lo que por esa parte sí que puede haber terremotos, estas fallas no tienen ni el tamaño de las de Turquía, ni la velocidad de las mismas llega a las del país asiático, por lo que estos seísmos "no deberían ser del tamaño del que han vivido" allí.
Preguntado por si el hecho de que haya pequeños terremotos a lo largo de las semanas en el sur de la península es positivo para que no haya uno mayor, el director de la Unidad de Riesgos Sísmicos de la UA explica que no, si bien estos seísmos, que como mucho alcanzan una magnitud de 3,5, "permiten conocer dónde están las fallas, cuándo se están moviendo y cómo lo hacen".
"Pero tener la esperanza de decir que -estos movimientos son- como un recipiente que tiene una pequeña fuguita y que esa fuga hace que nunca se vaya a llegar a colmatar, no", resalta.
Así, el director de esta unidad en la que colaboran la Generalitat y la Diputación de Alicante señala que "un terremoto de magnitud 5 libera aproximadamente la misma energía que 32 terremotos de magnitud 4", por lo que los pequeños terremotos no permiten evitar uno mucho mayor.
Normativa para viviendas
Ivorra remarca que la primera normativa antiseísmos data de los años 70, pero que han ido mejorando con el tiempo hasta llegar a la de 2002, "que si se cumpliera adecuadamente, todas las construcciones posteriores a esa fecha estarían muy bien dimensionadas", subraya.
"Lo más importante es que cuando se calcule una estructura se consideren todos esos requisitos, aunque lo que nos encontramos es que hay viviendas anteriores a esa publicación, cuando no existían esos criterios, pero con construcciones de hace 20 años no debería haber ningún problema", incide.
En cuánto a si se puede o no adaptar nuestro edificio ante un terremoto, el catedrático en Estructuras remarca que es difícil dar un sí tajante, porque en primer lugar habrá que acercarse a cada construcción, pero afirma que en la mayoría de los casos se puede hacer a través de refuerzos con acero, con fibras de carbono o fibras de vidrio, que ayudarían a disminuir los daños materiales en un sismo.
No obstante, advierte de que igual hay que "evaluar el coste-beneficio" de la actuación, porque si el edificio no tiene valor histórico, "igual es más económico hacer otro tipo de intervención", aunque concluye que en la práctica totalidad "sí se puede hacer un refuerzo estructural para acondicionar un edificio".
Recomendaciones
Delgado asegura que por mucho que se haya repetido, es importante recalcar cómo actuar frente a un sismo: "Buscar un sitio seguro como una mesa o el marco de una puerta" y en el momento que acabe, "salir fuera del edificio con tranquilidad hacia un área despejada".
"Frecuentemente, cuando ocurre un terremoto grave, poco tiempo después hay réplicas que van a actuar sobre los edificios", insiste Delgado, que recuerda que estas replicas terminarán de "agrietar" la dañada estructura de los edificios que ha propiciado el terremoto principal y provocarán, en muchos casos, desprendimientos, por lo que hay que evitar estas zonas para evitar que caigan sobre personas.