Alicante

Desde los años 60 Benidorm se ha convertido en una urbe densamente poblada, joya turística de la Costa Blanca y una de las cinco ciudades con más pernoctaciones de España. Esta localidad de 70.000 habitantes, que llega a alcanzar los 300.000 en verano, ha dejado atrás un pasado marinero que, durante siglos, dio de comer a generaciones de pescadores que salían a faenar desde sus privilegiadas playas. 

Sin embargo, la ciudad no deja de tener un ojo puesto en su pasado. Y el mejor lugar para explorarlo es el corazón del Casco Antiguo, el conocido como el Castillo de Benidorm, desde donde se defendía la ciudad de las incursiones piratas.

A pocos metros de allí, a espaldas de la iglesia de Sant Jaume, puede encontrarse una de las plazas más tradicionales de Benidorm: la de La Señoría, modelada en los años 60 como parte del primer Plan General de Ordenación Urbana que hubo en España. Realmente esta operación fue posible gracias a que años antes, en 1955, el marino e historiador Julio Guillén Tato había donado al Ayuntamiento lo que aún era un solar.

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Uno de los elementos más llamativos de esta plaza es el Monumento a los Muertos en el Mar, del escultor Juan de Ávalos, diseñador del Valle de los Caídos. Coronada por una gigantesca cruz de granito y con una base que recuerda a un ancla, tiene a dos figuras humanas abrazándose en su base y una placa en la que se puede leer: A los muertos en el mar. Ayuntamiento de Benidorm".

Se colocó por el 30 aniversario del monumento, aunque en realidad la ciudad lo aprobó unos años antes, en 1961, "como homenaje y recuerdo a todos los hijos de Benidorm que perecieron en las faenas del mar". 

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¿Por qué se tardó tanto en construir? Pues porque después de encargarla el Ayuntamiento se dio cuenta de que no podría hacer frente a su coste, 400.000 pesetas (unos 2.400 euros), así que decidió entregar una cuarta parte de esa cantidad y solicitar la solidaridad de los vecinos para financiar el resto con rifas y aportaciones desinteresadas. 

Lo cierto es que el trabajo de Juan de Ávalos en Benidorm no acabó ahí. Diseñó también las estatuas a Libertad y a la Paz, ubicadas en el Rincón de Loix y en la avenida Europa, y ayudó a configurar la imagen que los cientos de miles de turistas que cada año visitan la capital turística de la Costa Blanca tienen de Benidorm.