La Audiencia de Alicante juzga este miércoles a un hombre por cometer presuntamente abusos sexuales sobre una mujer en la vivienda de un amigo, unos hechos a los que la mujer inicialmente no se opuso al encontrarse en la cama y confundirle con su pareja sexual, propietario de la vivienda.
La Fiscalía sostiene que, en la madrugada del 12 de diciembre de 2020, el encausado le introdujo los dedos en la vagina a la víctima después de haber pasado la velada juntos en la vivienda de Petrer (Alicante), en compañía de otros amigos, y después de que ella se fuese a dormir a una de las habitaciones de la casa.
Poco después, el encausado entró en dicha habitación y comenzó a tocarle los genitales, a lo que la mujer no se opuso al interpretar que el autor de los tocamientos era el propietario de la vivienda, con quien mantenía relaciones de forma esporádica.
Sin embargo, al descubrir que se trataba de una persona distinta a ese compañero sexual ocasional, le conminó a que parase y, días después, decidió interponer una denuncia.
La Fiscalía solicita provisionalmente para el procesado una pena de prisión de seis años al considerarlo responsable de un delito de abusos sexuales.
Otros sucesos
El hombre enjuiciado por la Audiencia de Alicante y acusado de ocho delitos de agresión sexual, lesiones, amenazas, detención ilegal y maltrato habitual ha negado este lunes los hechos y ha acusado de celos a la denunciante, quien ha asegurado que le daba "miedo" estar con él y que le obligaba a estar a su lado las 24 horas del día.
El hombre, para el que la Fiscalía solicita 25 años y medio de prisión por agredir sexualmente de forma continuada a su pareja sentimental, maltratarla y someterla a violencia psíquica y física durante los quince años de la relación, ha afirmado que "nunca" se le habría "pasado por la cabeza" ponerle "la mano encima" a su expareja.
Asimismo, ha sostenido que la denunciante tenía celos de él y "se pensaba" que mantenía relaciones sexuales con la hermana de la denunciante.
Al respecto, el cuñado de la pareja -marido de la hermana de la denunciante- ha negado cualquier maltrato y ha señalado que si hubiera visto algo, "no lo tendría como encargado" de la empresa que regenta: "No voy a tener en mi empresa a un monstruo", ha relatado el varón, que al mismo tiempo ha explicado que su relación con la mujer era muy buena.
Según el escrito de la Fiscalía, durante la convivencia eran habituales los castigos físicos, con golpes por todo el cuerpo, especialmente en las lumbares, donde el procesado sabía que la mujer tenía problemas de salud, quemaduras de cigarros o retorcimiento de pezones.
Asimismo, el texto explica que a lo largo de la relación, el hombre obligaba a la mujer a mantener relaciones sexuales mediante el uso de la fuerza pese a que ella se negaba, e incluso perdió un diente por un puñetazo de su expareja, un hecho que ha ratificado la mujer y negado el varón.