Históricamente se considera que los nuevos gobiernos salidos de las urnas tienen al menos 100 días de "margen" para comprobar si sus decisiones mejoran la vida de los ciudadanos que les han votado y los que no. Se trata de una de esas reglas no escritas de la democracia que contribuyen a moderar el tono y las relaciones entre adversarios, que en el caso de las autonómicas de la Comunidad Valenciana no se ha hecho efectiva.
En la Comunidad Valenciana, el PSPV-PSOE de Ximo Puig que perdió los comicios del 28M ante el parón veraniego de las Cortes Valencianas y la conformación de los últimos escalones del Consell, no se resigna a esperarse esos 100 días que terminarían el 24 de octubre. Y para ello, nada mejor que las redes sociales, y en especial Twitter (X), donde dejar todo tipo de críticas al oponente.
El primero que se ha volcado en esta estrategia es el propio Ximo Puig, que en su muro está combinado tanto sus mensajes más o menos moderados y la reivindicación de sus supuestos logros (por ejemplo en empleo), con afirmaciones que dejan muy clara la línea que seguirá el partido a partir de septiembre: identificar PP con Vox al hablar de la pérdida de libertades y pluralismo.
Un ejemplo de ello fue el tuit del pasado 25 de julio en el que Puig hablaba (en valenciano) de los supuestos procesos de "cancelación cultural" que provocará el pacto PP-Vox sin nombrarlos. Con una frase palmaria: "El 51% no pot acallar ni anul·lar a la resta".
No es el único, un día antes se hizo eco de noticias de la prensa internacional sobre los peligros de la llegada de la "ultraderecha" a la Comunidad Valenciana. Nada que ver con su educado, y hasta amistoso, mensaje dirigido al propio Mazón cuando dejó su despacho en el Palau de la Generalitat.
Otro de los que ha salido en tromba en los últimos días ha sido el exsecretario autonómico socialista de Educación, Miquel Soler, que en las primeras entrevistas concedidas por el nuevo conseller del área, José Antonio Rovira, ha "estallado" en críticas. Soler ha utilizado expresiones como "vergüenza ajena" o que "cada día que habla sube el pan".
También el exdirector general de Comunicación y Promoción Institucional del Gobierno de Puig, el periodista Pere Rostoll, sigue en su cruzada de identificar tanto al PP como a Vox en la "extrema derecha" con diferentes afirmaciones en las redes. La última, tras la dimisión de Espinosa de los Monteros.
De hecho, en un tuit sobre el mantenimiento de algunos cargos de la anterior etapa, Rostoll vuelve a incluir lo de la "ultraderecha" aunque no esté relacionada la noticia con la ideología sino con la gestión.
E insiste con frases del tipo: "El PP de Carlos Mazón no tiene ningún proyecto para la Comunitat Valenciana. Es rehén de la ultraderecha de Vox!" o "Negacionistes del canvi climàtic, negacionistes de la violència contra les dones i ara també negacionistes del que diuen les universitats... I vindran més negacionismes! Este és el Govern valencià del #PP amb la ultradreta!".
De todos modos, Rostoll no es el único periodista salido del Botánico que critica los comienzos del Consell de Mazón. Joaquím Clemente, exdirector de Relaciones Informativas y Promoción Institucional hasta 2019, también es activo en Twitter con publicaciones como la siguiente. También contra la desprohibición de fumar en las terrazas o retuiteando mensajes de Puig.
Lo habitual es que todas estas críticas se hagan en principio a través de los perfiles del partido. Y por eso el PSPV tiene sus propios tuits críticos en los que denuncia tanto los nombramientos como las primeras medidas tomadas por el Consell. Es el caso de este sobre el registro de bienes y actividades. Pero también lo han hecho con asuntos como la deuda, la financiación o algunos de los nombramientos.