Alicante

La alcaldesa en funciones del Ayuntamiento de València, la 'popular' Julia Climent, ha pedido al PSOE que "deje de politizar" un tema "tan delicado" como es la denuncia por un presunto caso de discriminación en la piscina municipal de Benicalap y ha pedido "dejar trabajar" a los organismos que se encuentran investigando el suceso.

Climent ha hecho estas declaraciones en respuesta a la petición del socialista Javier Mateo de convocar una reunión de todos los partidos para explicar el tema, después de que este viernes dos trabajadores de la concesionaria que gestiona la piscina fueran detenidos por un delito de odio tras la denuncia presentada por una mujer al impedirle el acceso a la piscina por llevar velo.

Al parecer, la mujer acudió a la piscina con sus hijos menores de edad y el personal de las instalaciones le impidió el acceso, tras lo cual presentó una denuncia ante la Policía.

La alcaldesa en funciones ha recordado que "la Policía Nacional ya está desde el primer momento sobre el asunto pero, además, el gobierno municipal ha puesto en marcha una investigación inmediatamente a la concesionaria a través de la Fundación Deportiva Municipal, del propio Servicio de Deportes y la Oficina de no discriminación del Ayuntamiento".

Así, ha indicado que la investigación "ya está en marcha y hay que dejar trabajar a los expertos", al tiempo que ha añadido que "las conclusiones se informarán a todos los partidos en el momento oportuno".

Por ello, ha reiterado su petición de "dejar trabajar a los organismos y no querer sacar rédito político de un tema que se está investigando ya que el Ayuntamiento ha reaccionado rápido y correctamente".

Un componente "racista"

Según adelantaba este medio en otro artículo, la ONG que ayuda a la víctima 'València és Refugi' habría presentado hojas de reclamaciones por estos hechos ante el consistorio y una denuncia primero ante la Policía Local y posteriomente ante la Nacional.

La entidad subrayaba a Europa Press que el personal de seguridad impidió el paso a la mujer a pesar de que les dijo que esa era su ropa de calle y llevaba burkini para cambiarse, y reprocha que no es la primera vez que le sucede.

De hecho, ha señalado que pruebas gráficas de lo sucedido porque la víctima estaba alertada de que, si le volvía a suceder, les avisaran para asistirla, por lo que fueron testigos.

Ana, que pertenece a la entidad, ha lamentado el "componente racista y de islamofobia" de esos trabajadores además de que los insultos se profirieron delante de tres niños pequeños, de entre 6 y 12 años, que ahora tienen miedo de volver a la piscina.