El fin de semana ha sido negro para provincia de Alicante. Seis incendios forestales y en arbolado de diferentes dimensiones han sacudido la Marina Alta. Los más importantes, los de Xàbia y el de Tárbena, que ha quemado cerca de 800 hectáreas, ha obligado a desalojar a 180 vecinos y ha adelantado la temporada de fuegos. Pero, ¿cuáles han sido los más devastadores de la Comunitat Valenciana?
Este año es el más seco desde 1950 en el territorio valenciano por el déficit de lluvias. El calor también marca registros nunca vistos y en marzo señaló 0,5 grados más de los habituales para la época del año.
Con estos datos, el primer trimestre de 2024 habría sido el más cálido para el conjunto de la España peninsular de toda la serie histórica, que arranca en 1961 con 9,5 ºC de promedio (1,9 ºC más de lo normal), según la Aemet.
[El incendio descontrolado de Tárbena quema cerca de 1.000 hectáreas en la Sierra de Alicante]
Los factores naturales plantean un riesgo cada vez mayor para la vida de las zonas verdes valencianas que son acentuados por las malas prácticas, como las quemas agrícolas que no cumplen la normativa. El motivo que ha desencadenado las llamas en Tárbena.
Un estudio de la Generalitat que analiza los fuegos entre 2009 y 2018 señala que las negligencias y accidentes están detrás de uno de cada tres incidentes (32 %), la principal causa solo por detrás de los intencionados, que representan el 37 %, los rayos provocan el 25 %, por causas desconocidas son el 5 % y reproducidos solo el 1 %.
Dentro del grupo de negligencias y accidentes, la quema agrícola se sitúa como la causa más frecuente de origen de incendios. Sin embargo, la superficie quemada por este motivo en los 10 años de estudio está por debajo de las 3.220 ha, mucho menor que la superficie afectada por los incendios causados por motores y máquinas (30.286 ha) o incluso menor que los factores naturales como rayos (6.250 ha) para el mismo periodo.
El juego de niños ha provocado hasta 149 fuegos en el periodo analizado. Mayor aún son los producidos por otras causas, que, aunque conocidas, son de difícil clasificación.
El último gran fuego en Alicante lo causó precisamente un rayo que se combinó con condiciones climatológicas adversas que lo avivaron (tiempo extremadamente seco y rachas de viento cambiantes). El incendio de Vall d'Ebo del verano de 2022, con 12.000 hectáreas quemadas en un perímetro superior a 80 kilómetros y con varias comarcas afectadas, fue el segundo más grave de la década.
También en ese mismo año, el incendio que empezó en Bejís (Castellón) con 19.000 ha en agosto de 2022 fue el peor de los últimos años en la Comunitat Valenciana, obligando a desalojar varios municipios ante el avance sin control de las llamas durante un mes en un perímetro de 140 kilómetros.
Hay que viajar hasta el 2012 para encontrar fuegos más grandes que los sufridos hace dos años. El siniestro de Andilla (Valencia) calcinó 20.065 ha Y el de la localidad valenciana de Cortes de Pallás 29.752 hectáreas de terreno a causa de una imprudencia mientras usaban una radial.
Si se retrocede en el tiempo, los incendios aumentan en cantidad y en tamaño. Un gráfico de la Generalitat con datos desde 1993 hasta 2022 refleja la tendencia decreciente en número de incidentes y en su gravedad.
La década de 1990 fue la peor para la naturaleza de la Comunitat con picos históricos de 130.000 ha quemadas en el 93 y más de 140.000 en el 94. Fue en ese último año cuando prendió el 14 % de la superficie forestal con ocho grandes incendios (más de 500 ha) en tan solo una semana. Algunos de los más devastadores fueron los de Millares (25.000 ha), Fontanars dels Alforins (18.400 ha) o el de Requena (24.000 ha).
Sin embargo, la pérdida más grande ocurrió en el municipio valenciano de Ayora en 1979 con más de 40.000 ha arrasadas a causa de una tormenta seca. La semana en la que ardió ocupó hasta seis municipios (Ayora, Teresa de Cofrentes, Bicorp, Jarafuel, Quesa, Moixent y Enguera) con frentes de 20 kilómetros de llamas, lo que lo sitúan no solo como el peor de la historia de la Comunitat Valenciana, sino como el más letal de España.