El Cuerpo Nacional de Policía ha informado de una riña tumultuaria en la que se congregaron más de 300 personas a última hora de la tarde de ayer en el barrio Virgen del Remedio de la ciudad de Alicante.
Según el informe policial la reyerta acabó con dos heridos por arma blanca, que no corren peligro, y cuatro personas detenidas.
Según la Policía Nacional, sobre las 19 horas los agentes intervinieron en la plaza de Argel de la zona norte de Alicante, donde había más de 300 personas en la vía pública en plena reyerta multitudinaria, entre ellos dos individuos heridos por cortes en el abdomen.
Reyerta
La escalada de tensión entre los participantes llegó a tal punto que los agentes tuvieron que solicitar refuerzos del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y de la UPR de la Policía Nacional para disolver el grupo y para asistir a las víctimas hasta la llegada de la asistencia médica.
Al mismo tiempo, se preparó un operativo para detener a los autores de las agresiones, quienes se habían atrincherado en un portal cercano.
Los agentes tuvieron que utilizar "medios de apertura" para acceder al interior y, finalmente, lograr detener al presunto autor de las lesiones con arma blanca y a otros tres participantes en la reyerta mientras que la investigación continúa abierta para el esclarecimiento de lo sucedido.
Los heridos no corren peligro después de ser trasladados al centro de salud más cercano.
No es la primera vez que se producen hechos parecidos en el barrio, pero hasta ahora no habían participado tantas personas. El pasado mes de enero también detuvo a dos personas por una riña con palos en las que participaron decenas de personas por una disputa a altas horas de la madrugada.
En aquel caso, como en anteriores, las peleas se debieron a ajustes de cuentas entra diferentes bandas. En 2018, por ejemplo, se produjo el asesinato de un joven de 27 años en el barrio cuyo cadáver fue encontrado de madrugada con seis disparos.
Se trata de una zona de Alicante donde conviven personas de diferentes procedencias de origen iberoamericano o magrebí, que conviven con españoles arraigados en el barrio desde hace décadas.
Desde hace años el Ayuntamiento y la Generalitat han puesto en marcha diferentes programas de integración en el que se considera uno de los barrios más conflictivos de la ciudad. La crisis económica que ha agravado la pandemia influye negativamente a la hora de atajar las escaladas de tensión entre los vecinos.