Una de las cosas más llamativas de Alberto Rodríguez, secretario de Organización de Podemos, es que, a pesar de los líos con las autoridades y todas las veces que le han acusado de agredir a policías, él siempre dice que no hizo nada. La primera -en 2006- la resume en que, sin venir a cuento, unos agentes golpearon injustificadamente a su hermano y él se dedicó sólo a defenderle. La segunda, en la huelga general de 2012, sucedió de repente también. Iba por la calle tranquilamente y, de pronto, cinco oficiales le tiraron al suelo, le golpearon y le detuvieron, otra vez porque sí. De la tercera, por patear a un antidisturbios en 2014, también se declara inocente.
El Tribunal Supremo, sin embargo, opina lo contrario. El juez Antonio del Moral ha dictado este lunes un acto en el que ordena proseguir la causa contra el también diputado de Unidas Podemos. Se le imputa un delito de atentado y una falta -o delito leve- de lesiones por su participación violenta en una manifestación contra el entonces ministro de Educación, el popular José Ignacio Wert, en La Laguna (Tenerife).
Los hechos ocurrieron sobre las 11.00 horas del 25 de enero y Rodríguez, según la denuncia, propinó una patada al policía número 92.025, causándole una contusión en la rodilla izquierda que tardó cinco días en sanar, aunque no necesitó baja laboral. Tras la decisión del Supremo, el Partido Popular ha pedido este lunes su dimisión como diputado. “No puede seguir de diputado un agresor de policías”, ha asegurado Ana Vázquez, portavoz de los populares en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados.
Esta tercera vez podría ir a la vencida y Rodríguez corre el riesgo de no librarse como las anteriores. En la de 2012 acabó detenido -según sus propias palabras, por atentado y alteración del orden- pero fue puesto en libertad ese mismo día. La de 2006, sin embargo, sí que fue a juicio, aunque acabó archivada porque había pasado ya mucho tiempo desde los hechos y habían prescrito. A pesar de todo, el jaleo no fue ni tan fortuito ni tan injustificado, como él defiende.
En un vídeo de 2006, cedido por El Digital de Canarias a EL ESPAÑOL, se puede ver a Alberto Rodríguez increpar y enfrentarse a la Policía Local en La Laguna. En las imágenes, aunque sin sonido, se puede apreciar su violencia ante los agentes y cómo, cuando se llevan a su hermano, se abalanza sobre ellos, zarandea a uno y termina desatando una reyerta. Según la denuncia, el suceso acabó en lanzamiento de objetos como botellas y vasos contra los agentes de la autoridad.
Líos con las autoridades
La primera vez en la que Alberto Rodríguez se enfrentó a las autoridades, al menos la primera en la que hay constancia de ello, fue en la Nochebuena de 2006, cuando apenas gastaba 24 años. Aún no llevaba las rastas que ahora le caracterizan. Fue en una zona de ocio de La Laguna, conocida como el cuadrilátero, en medio de un botellón. Los policías locales decidieron empezar un control de drogas y, de pronto, la situación se desató. Posteriormente, su actual señoría sería imputado por un delito de desorden público, castigado con penas de entre seis y tres años de cárcel.
Según se puede ver en las imágenes a las que ha accedido este diario, la Policía Local se dispone a cachear a parte del grupo en el que va Alberto Rodríguez y los ánimos se empiezan a caldear. Entonces, él y su hermano -que en las imágenes va vestido de rojo- arremeten contra los agentes a empujones. Cuando los policías les intentan retener, ellos se zafan, pero logran separar a la pareja y ahí aumenta la tensión. Mientras cachean al segundo, el ahora diputado de Podemos empieza a gritar y hacer aspavientos mientras intenta, reiteradamente, traspasar el cordón policial.
El mayor momento de tensión se produce cuando los policías se llevan al hermano. En un breve fragmento, se aprecia cómo tiene sangre en la cara, y la situación termina de estallar. Rodríguez sale corriendo para evitar que detengan a su herido familiar, zarandea a algún agente y, cuando logran apartarle, se monta un tumulto en el que ya empiezan a participar varias personas.
El asunto acabó en el Supremo en 2017 y la Fiscalía le acusaba de incitar “a las personas que allí se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas” a enfrentarse y arrojar objetos como botellas y vasos contra los agentes. Otros dos de los implicados, que no estaban aforados y sí llegaron a declarar en juicio, reconocieron todos los hechos. Sin embargo, Rodríguez se libró cuando llegó al alto tribunal porque ya había prescrito. La estrategia fue una maniobra de la abogada Marta Flor, la letrada de Podemos que saltó a la actualidad por defender a la exasesora de Pablo Iglesias Dina Bousselham.
El segundo problema con la autoridad que tuvo Rodríguez fue seis años después, el 12 de mayo de 2012, en la huelga general que se produjo ese día. Según su propia versión, iba a participar en la manifestación con su madre y, tras aparcar el coche y dirigirse al centro neurálgico, le detuvieron. Fue, según dice, porque sí. Relató todo en un blog en línea y ahí acusaba a los agentes de insultarle, asfixiarle, amenazarle, estallarle los dientes contra la acera “al más puro estilo American History X”, haciendo referencia a un filme que relata las tropelías de un nazi.
En su texto, reconoce que le explican el motivo de la detención: “Atentado, desórdenes, alteración del orden y no sé qué cosas más por el día de la Huelga General del 29M (de 2012) y resistencia activa a la detención”. Rodríguez pasó el resto del día en comisaría, pero se le puso en libertad porque hubo una manifestación que agilizó los trámites. No hay constancia de que el tema haya acabado en juicio. Ahí se libró por segunda vez.
La tercera, la vencida
El tercer encontronazo con la autoridad ya sí parece que puede pasar factura a Alberto Rodríguez. Los hechos ocurrieron, esta vez, el 25 de enero de 2014 sobre las 11.00 horas de la mañana. Fue un día que el entonces de Educación, José Ignacio Wert, acudió a La Laguna a visitar la catedral y varias asociaciones quisieron manifestarse contra la LOMCE, su ley educativa. La protesta, pacífica en su inicio, finalmente acabó en disturbios.
Según otro vídeo que ha podido ver este diario y en el que también aparece Alberto Rodríguez, el ahora diputado de Podemos comanda la primera línea de los disturbios enfrentándose a los agentes. En las imágenes no se le ve propinar ningún golpe, aunque sí que se encara con ellos. Ahí ya lleva las rastas que tanto le definen ahora. Según el auto, en algún momento de la manifestación, propinó una patada al policía número 92.025 y le causó una contusión en la rodilla izquierda.
El magistrado del Tribunal Supremo ha dictado este lunes un auto en el que ordena proseguir la causa contra él por un presunto delito de atentado y falta (o delito leve) de lesiones, por los trámites del procedimiento abreviado. El Ministerio Fiscal tiene ahora un plazo de 10 días para solicitar la apertura de juicio oral, formulando escrito de acusación, el sobreseimiento de la causa o, algo más raro, la práctica de diligencias complementarias.
Esta vez podría no librarse como en las anteriores. Según el auto, las declaraciones del agente y los partes médicos conforman una serie de pruebas suficientes como para avanzar en el procedimiento y el juez le considera posible responsable de los hechos. Ahora, el tiempo dirá.