Un hombre que se estaba ahogando a causa de un atragantamiento con un torrezno en un bar de Alicante ha salvado la vida gracias a la actuación de dos agentes de Policía Nacional que le realizaron la maniobra Heimlich, evitando su fallecimiento por asfixia.
El cuerpo policial ha dado a conocer unos hechos que tuvieron lugar el 11 de enero en un establecimiento de la zona norte de la ciudad cuando dos pintores, padre e hijo, estaban almorzando sobre las 11 horas. En un momento dado el hijo alertó a dos agentes que también se encontraban en un descanso al grito de "se ahoga, se ahoga".
Ante esta situación límite, los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Alicante, al tiempo que daban instrucciones al 091 para que se dirigiesen al lugar los servicios sanitarios, y ante la gravedad de la situación al ver que la vida de esta persona corría peligro, comenzaron a realizarle la conocida como "maniobra de Heimlich"; procedimiento de primeros auxilios que se realiza cuando una persona tiene la laringe obstruida por comida u otros cuerpos extraños.
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La institución ha asegurado que, "tras realizar los agentes la maniobra de auxilio, la víctima pareció recobrar la respiración, pero acto seguido volvió a señalar a los agentes que sus vías respiratorias todavía se encontraban obstruidas, siendo relevado en la maniobra por el otro agente".
Segundos después de estar aplicando dicha maniobra, el auxiliado expulsó por la boca un trozo de torrezno que le estaba obstruyendo la laringe y que le estaba provocando la asfixia, resultado que podría haber llegado a ocurrir si no hubiera sido por "la rápida y experimentada actuación policial". Así, los clientes y trabajadores que se encontraban en el establecimiento, además de otros agentes de la Policía Nacional que acudieron al mismo al oír el aviso, respiraron aliviados al ver que el trabajador volvía a coger aire.
Una vez el varón fue auxiliado por los agentes comenzó a respirar con normalidad, pudiendo hablar sin impedimento alguno, agradeciendo a los agentes el auxilio prestado manifestando que le habían salvado la vida, tras lo cual se marchó del lugar por su propio pie y no siendo necesario finalmente la asistencia de los servicios sanitarios.
En el 200 aniversario del cuerpo, el auxiliado, José Vicente, de 57 años de edad, ha acudido para entregar una carta de agradecimiento a los dos agentes que el pasado jueves le salvaron la vida, haciéndose una foto con ellos.