El estadio del Hércules no se parece al de los Yankees y Alicante tampoco cuenta con un zoológico con animales de la jungla y aves rapaces. Aun así, el policía Juanjo Carrillo asegura que la ciudad "es El Bronx", comparándola con el famoso condado de Nueva York.
El agente de la Policía Nacional de Alicante pertenece a los 'Dragones', grupo especializado en la lucha contra el crimen organizado en la Zona Norte. Con mil experiencias vividas y amenazas esquivadas en peligrosos países de Latinoamérica, donde ha estado destinado varios años, se muestra (en una conversación privada) preocupado por el incremento de la delincuencia en la ciudad.
Carrillo ha visto el peor lado del ser humano en sus años de experiencia. Ha presenciado atrocidades como el enjaulamiento de personas en naves para luego traficar con sus órganos en Ciudad Juárez (México), violaciones, torturas o asesinatos. Quizá porque ha contemplado sociedades tocar fondo, ahora trata de evitar que esto suceda al otro lado del Atlántico.
México, Colombia, Ecuador o Brasil son algunos territorios donde ha intervenido en los últimos años. "En México hacía dos cosas, tomaba parte del equipo de seguridad del embajador de España y daba cursos de formación a policías, desde el uso de la fuerza a investigaciones", señala.
"Son dos países que tienen un problema gravísimo, México tiene cifras que dan miedo, de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, 26 o más son mexicanas. Y Ecuador ha entrado ahora en una guerra civil contra el narco, es la primera vez que hay una guerra de verdad con el ejército en la calle y toque de queda contra los narcotraficantes, que se han trasladado de México a Ecuador, donde toman el control a base de asesinatos y matanzas", explica Carrillo.
Resalta el "derecho de piso" que existe en muchos de estos países. Se trata de un pago a las bandas para poder tener tu tienda en la calle, ya sea un centro comercial o un puesto de venta de collares. La gente paga por miedo a las consecuencias de enfadar a los narcos, que pueden llegar en algunas zonas a cortar extremidades a los hijos de quien no cumpla su ley.
Con todo este historial de violencia parece imposible que en Occidente se llegue a tal nivel de oscuridad. Pero el especialista recuerda que esos Estados no han sido así siempre: "Desde hace 10 años han ido aceptando cada vez un poquito más violencia y hoy en día en Ecuador es normal ver a posaderos, que son personas que se dedica estrictamente a hacer una piscina grande llena de ácido para echar los cadáveres".
Zonas como Marsella, donde tiene familia, están ya sumidas en el caos con tiroteos con armas largas en la calle. Y cuenta que en España ya hay zonas sin ley donde la Policía no entra, "no porque les vayan a asesinar, sino porque dan muchos problemas".
Policialmente hablando, Alicante es la guerra. Así define una ciudad que casi ni reconoce después de estar dos años en otro continente. "Me sorprende que la gente no se eche las manos a la cabeza con las cifras que tenemos en un país occidental", manifiesta.
La característica que diferencia a Alicante de otras poblaciones es que ha creado, siempre según el agente, "una gran zona conflictiva" donde hay bandas muy peligrosas de Argelia o los Latin Kings. "Hay áreas que tienen sus propias leyes y semanalmente hay disparos. Se diferencia de otras zonas como Los Pajaritos o la Cañada Real porque aquí se han unido varios distritos marginales. Desde Las Mil Viviendas ha llegado a la colonia Santa Isabel, que se une con la Virgen del Remedio, y esta a su vez se conecta con Requena", expresa.
Queda lejos de la opinión pública, pero el especialista de los 'Dragones' ha visto como entre los narcotraficantes se apuñalan y se torturan para controlar zonas de venta de hachís, pastillas y robos con violencia.
Situaciones de vida o muerte
En su lucha contra el crimen organizado también ha estado en situaciones límite en las que podría haber perdido la vida. Carrillo cuenta que ha sido mordido, pinchado con jeringuillas, golpeado... Pero recuerda dos ocasiones en Alicante en las que la cosa se puso seria y podrían haber terminado en tragedia. Una de ellas fue en el año 2018, cuando en la coloquialmente conocida como cuesta de Juan XIII, "la zona más conflictiva de Alicante", casi muere desangrado.
"Encontramos una plantación de marihuana gigantesca y tuvimos que descolgarnos del techo del edificio para poder entrar. Una vez dentro, vimos que las cuatro plantas se usaban como plantación. Un inspector se cayó entre los sacos de marihuana por el agujero de los cuatro pisos y lo agarré de la chaqueta mientras me sujetaba a una ventana que estaba rota y me corté hasta la mitad de la mano", relata.
Entonces, se vio con que se estaba desangrando dentro de un edificio del que no podía salir. La solución que encontró fue hacerse un torniquete con material de un botiquín que lleva siempre encima. Logró salir por la ventana y llegar a la azotea con una mano con la ayuda de un compañero.
El segundo episodio también fue por la misma época y por intentar ayudar a un tercero, en este caso, a una joven que estaba siendo violada por varios adolescentes en un portal del caco antiguo de Alicante. No estaba de servicio, pero se enfrentó a los cinco abusadores, que salieron corriendo tras unos momentos de disputa. El agente pensó que la cosa había salido bien hasta que sintió frío en una pierna y vio el cúter oxidado con el que le habían apuñalado cerca de la femoral con un "corte gigantesco". Esta vez tuvo la "mala decisión" de salir sin el botiquín, por lo que se hizo un torniquete improvisado con el cinturón y condujo hasta el hospital, donde perdió el conocimiento nada más llegar.
Todas estas situaciones le hacen tener claro que la lucha contra el crimen es más necesaria que nunca y eso lo extiende a sus alumnos, a los que enseña cómo actuar el día de mañana ante situaciones de peligro. Muestra técnicas de artes marciales mixtas combinadas con tácticas para saber interpretar cada situación.
Afirma que, a veces, "evitar el conflicto es más importante que llegar a él" y para ello resalta como factores clave tener seguridad y no ser presa de los nervios. El miedo también es un aspecto que asume como parte del juego y diferencia dos tipos: el miedo en el momento de actuar y el que queda después y te llevas a casa.
"El miedo continuo se sufre diferente en México que en Alicante, pero en ambos lugares existe", sostiene el agente, quien lo define como "una incertidumbre sobre que algo les pueda pasar a compañeros o a la familia. Es una especie de estrés constante, tienes pesadillas y experimentas momentos de paranoia".
El Grupo 3 de Estupefacientes de la Policía Nacional, el nombre oficial del equipo 'Dragones', está formado por "ocho valientes en medio del infierno" que se enfrentan a esos desafíos a diario con el objetivo de hacer un mundo mejor.