Con las festividades de Semana Santa y Santa Faz ya finalizadas, muchos son los alicantinos que ya van pensando en las fiestas de las Hogueras del próximo mes de junio. Sin embargo, existe una fiesta local más cercana y con mucho encanto que se celebra desde el próximo 2 de mayo hasta el 5 de mayo.
Siendo fruto de una tradición que remonta al año 1837, cuando el Ayuntamiento de Alicante concedió el primer permiso para estas celebraciones, la fiesta de las Cruces de Mayo inundan cada año las calles del barrio de Santa Cruz de flores, color, pasión y alegría.
Como cada año, la Junta Mayor de Semana Santa de Alicante tiene previsto colocar la Cruz de Mayo en el barrio de Santa Cruz, el más alto de Alicante. Y es en este escenario en el que se celebrará durante cuatro días una manifestación religiosa, colorista, pasional, y artesana.
[Las fiestas de los barrios de Alicante son ahora de Interés Turístico Local]
Según manda la tradición, durante los primeros días de mayo, son las mujeres las que engalanan con flores unas cruces que adornan el barrio, llenando así sus calles de una alegría protagonizada por una explosión de colores y música.
Además de verse vestido de decenas de cruces confeccionadas por miles de flores naturales, los vecinos del barrio de Santa Cruz organizan concursos de disfraces, acompañados por los pasacalles y las tradicionales "despertàs", los almuerzos populares y juegos tradicionales para niños.
Una tradición con mucha historia
El barrio de Santa Cruz de Alicante no es el único en celebrar esta fiesta pintoresca, declarada como Fiesta de Interés Turístico Local en 2022. La festividad de las Cruces de Mayo también se vive con mucha pasión en numerosos barrios de países de Hispanoamérica como Colombia, Guatemala, México, Perú, Venezuela, El Salvador y Trinidad.
¿De dónde viene esta tradición? Su origen está relacionado con la búsqueda que hizo la emperatriz bizantina Santa Elena de la cruz en la que murió Jesús. Se cree que la fiesta proviene de las tradiciones paganas traídas a España por el Imperio romano.
Según cuenta la leyenda, el emperador Constantino I se enfrentó a los bárbaros a orilla del Danubio en una batalla que se creía perdida. Sin embargo, una noche al emperador se le apareció una cruz en el cielo que llevaba consigo una misteriosa frase, que decía 'con esta señal, serás victorioso'.
Finalmente, Constantino y sus soldados ganaron la batalla, y el emperador, como seña de agradecimiento, mandó construir por todo el país iglesias cristianas. Después, envió a su madre, conocida como Santa Elena, a Jerusalén para que buscara la Vera Cruz, la cruz en la que murió Jesús.
Santa Elena llegó al lugar de la crucifixión de Jesús y allí descubrió tres troncos ensangrentados. Como no sabía cuál era el elegido los colocó uno por uno encima de los enfermos hasta que dio con el símbolo correcto, aquel que sanaba a los enfermos.
Según cuentan la madre del emperador, murió mientras estaba rezando por todos los fieles al cristianismo, y desde ese día se celebra el momento en el que se encontró la Vera Cruz.