Un hombre de 53 años que se considera "coleccionista" de armas aunque también ha confesado que traficaba con ellas ha sido condenado a dos años de prisión por vender en un rastro de Benidorm diversas armas de fuego sin licencia, entre ellas algunas consideradas de guerra y que no se podían comercializar.
Según la sentencia dictada por un tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante, el individuo es considerado culpable de un delito de tenencia ilícita de armas y otro de depósito de armas de guerra.
El fallo establece que, en una fecha anterior a abril de 2016, el procesado vendió a un tercero una pistola Mauser, otra de marca FN y también una carabina marca Marlin, así como 22 cartuchos sin disparar del calibre 7,65 milímetros y 10 más del 22.
El tribunal considera probado que el acusado cobró por esas armas "a sabiendas" de la ilegalidad de la venta y "con el propósito de obtener un beneficio patrimonial". Para adquirirlas cualquier interesado solo tenía que acudir a uno de los rastros de la capital turística y negociar con el arrestado.
La sentencia subraya que en el momento de su detención, en julio del año 2016, la Policia detectó que el individuo también tenía en su poder un subfusil modelo MP-28 II, conocido como 'Naranjero', "que tiene la consideración de arma de guerra".
De igual modo, también poseía una pistola marca Wesley & Scout, nueve cartuchos del calibre 38 y otros cinco del 7,65.
Sin licencia
El tribunal incide en que "el acusado, conocedor de las armas de fuego, sabía que carecía de la preceptiva licencia" y que una de ellas era "un arma de guerra absolutamente fuera del ámbito de posesión en uso por un particular". Es decir, que no podía ser comercializada, mucho menos en el ámbito en el que lo hacía el arrestado.
La resolución judicial abunda en que el acusado no solo disponía de dichas armas sino que "tenía munición para dispararlas", por lo que eran perfectamente operativas pese a la antiguedad que tenían algunas de las armas.
Durante el juicio, celebrado el pasado 15 de marzo, el acusado se definió como "coleccionista" de este tipo de objetos, aunque también admitió que "traficaba con armas" en el rastro de la ciudad.
Por este motivo la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante le ha condenado a dos años de prisión después de aplicar la atenuante de dilaciones indebidas y de confesión tardía.