Un supremacista nazi y exmilitar, autor del primer taller en España de impresión de armas en 3D
En los últimos años, distintas operaciones en todo el territorio europeo han logrado detectar en torno a una decena de talleres similares.
24 abril, 2021 02:34Noticias relacionadas
Al acceder al taller, los agentes de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional hallaron una impresora en pleno funcionamiento. No era lo que esperaban encontrarse.
Aquel no era un taller de armas cualquiera. Lo revelaba tanto el sonido de la maquinaria como la creación que estaba en marcha. Enseguida constataron que era la carcasa de un arma corta. Estaba prácticamente finalizada cuando irrumpieron en el lugar.
El hombre al que seguían la pista no reaccionó con agresividad ni cuando le sorprendieron al ponerle las esposas. De alguna manera sabía que llevaban tiempo buscándole.
Español, de 55 años, ex militar en Venezuela, exiliado en Estados Unidos... muchas vidas detrás. Llevaba años con una doble vida. Por un lado, era un empresario que gestionaba un geriátrico de Santa Cruz de Tenerife. Por otro, un fabricante de armas, supremacista, admirador del nazismo, un tipo "retraído" con un taller tan novedoso como particular.
Llevaba tiempo trabajando en la fabricación de armamento a través de uno de los métodos más sofisticados, más novedosos y que más en alerta tienen en estos últimos años a las autoridades policiales de toda Europa: la utilización de impresoras 3D para fabricar armas de distintos calibres.
Ha sido la desarticulación del primer taller de fabricación de armas en 3D en España. Nunca se había localizado ninguno en nuestro país. La operación, aunque ha sido revelada ahora, se produjo el pasado mes de septiembre. Desde entonces y hasta esta semana, el secreto de sumario no había sido levantado por el juez.
Su historial
Las fuentes de la investigación, llevada a cabo por el Grupo de Tráfico Ilícito de Armas Internacionales de la CGI y el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria, por medio de Vigilancia Aduanera, relatan que hacía tiempo que llevaban tras la pista de este sujeto, que había formado parte del Ejército en Venezuela. Eso contó cuando le registraron la casa y el taller en el que producía las pistolas, los rifles y el resto de arsenal incautado.
Cuando Hugo Chávez ascendió al poder, el hombre huyó a Estados Unidos -creen los agentes que recaló en Miami- y allí permaneció una década. Aprendió a utilizar armas cortas y largas.
Se obsesionó con las armas y se radicalizó en los ideales supremacistas adquiridos años atrás. Entre sus pertenencias, de hecho, fueron halladas dos banderas con simbología nazi. En la funda de una de sus pistolas hallaron, serigrafiado, el emblema del ejército nacionalsocialista alemán.
En los últimos años se había convertido en un tipo solitario y extremadamente antisocial. No era conocido por sus vecinos en el lugar en el que residía en Tenerife. Estaba obsesionado con la dark web, en la que indagaba sin cesar en busca de información sobre manuales de guerrilla urbana y otras materias relacionadas con el mundo de las armas y el disturbio callejero.
Una de sus principales aficiones era la de conectarse compulsivamente a Youtube para ver canales de armas americanos. Era la consecuencia de haber desarrollado una afición que le llevó a comenzar a fabricarlas. Y lo hacía del modo más discreto posible. Con una impresora cuya producción armamentística sale sin número de serie, sin registro. Un peligro que convierte a las armas que se elaboran en peligros indetectables.
La operación sigue abierta a día de hoy porque los agentes están tratando de constatar cuántas armas producidas de esa manera llegó a vender en el mercado negro. Solía contactar con los interesados en diversas plataformas, según relatan los investigadores. Empleaba con ellos un lenguaje clave, con eufemismos y metáforas, sabiendo que le podían estar observando al otro lado de la pantalla en ese mismo instante. Actuaba con extrema precaución.
El auge de las armas 3D
Los agentes registraron cuatro propiedades diferentes del detenido en el marco de la operación. Allí encontraron dos impresoras 3D, 11 bobinas de filamento para impresora 3D, numerosos dispositivos informáticos utilizados para la fabricación, 19 armazones de arma corta, nueve cargadores, dos silenciadores, dos correderas de arma corta sin numeración, dos piezas para estriar cañones.
En esos mismos talleres se encontraron dos agujas percutoras, una réplica de fusil de asalto AR-15 de airsoft, una carabina con visor telescópico, tubos metálicos para la fabricación de cañones, una mirilla holográfica, un molde de plástico para diseñar armazones y diversas piezas de armas cortas (varillas, alzas, puntos de mira, disparadores, muelles, martillo...).
Los investigadores dieron asimismo con dos pistolas táser, cinco cuchillos, un machete y una catana, así como 30 manuales relacionados con asuntos militares, fabricación de explosivos caseros o guerrilla urbana.
En la Comisaría General de Información advierten de que la fabricación de armas a través de esta técnica se está convirtiendo y se convertirá en los próximos años en una amenaza y un desafío para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es la primera vez que se detecta algo así en España, pero no en Europa.
Solo en los últimos años, distintas operaciones en todo el territorio europeo han logrado detectar en torno a una decena de talleres similares al hallado en Santa Cruz de Tenerife. Los traficantes de armas ven en esta tecnología una oportunidad de pasar desapercibidos ante muchos controles, puesto que sin número de matrícula estas armas resultan indetectables. Ello supone la posibilidad de un lucrativo negocio.
Es preciso no olvidar que este tipo de elementos están siendo ya utilizados por criminales o terroristas. En Alemania, en octubre de 2019, un terrorista perpetró un atentado contra una sinagoga judía con un fusil fabricado con una impresora 3D.