'Dinero-Mercancía-Dinero', el arte animalista de Luisa Pastor se despide del Gil-Albert
La artista combina cuadernos, oro y antiguas postales para recordar la belleza de las especies salvajes y examinar el trato que aplican los humanos.
4 junio, 2021 01:16Noticias relacionadas
Bombay, 1930. Un cazador le escribe una postal a sus tíos en Madrid presumiendo de enseñarles los leopardos que ha cazado. "Os mando una foto de mi última aventuras en las junglas. Por cierto, como podéis ver, fue fructífera y emocionante".
Esa postal que acaba en un mercadillo acabará llamando la atención de Luisa Pastor Mirambell, quien la comprará sin saber aún qué hacer con ella. Lo mismo que le sucedió cuando se encontró unos cuadernos de ejercicios escolares de los años setenta ilustrados con animales. La combinación de ambos le ha permitido crear Dinero-Mercancía-Dinero.
La base de esta exposición la recupera de Karl Marx. En El capital, el filósofo alemán establecía la teoría de cómo se relacionaban estos conceptos y esa es la que Pastor lleva a la obra. Pilar Tébar, la comisaria de esta muestra que se despide este viernes de la Casa Bardín, subraya la idea de tratar a otros seres vivos, o sus partes, como mercancía.
Al coger las "inocentes libretas" y arrancar los animales de sus portadas con un punzón para dejar su silueta está denunciando ese trato que se les da. Una idea que cierra al dejar que ese vacío se llene con una fina capa de pan de oro de 24 quilates. "Se politizan y pasan de ser una herramienta escolar a otra que la subvierte", explica. De hecho, las compara con trofeos que el cazador exhibe en una balda de roble.
Directo como un láser
"Hablo de lo político, no de la política. De cómo una herramienta inocente puede crear una reflexión sobre un pensamiento concreto que está a la orden del día", razona mientras pasea ante las enormes ampliaciones que hace de las postales originales. En otra de ellas se ven a unos hombres posando ante una larga hilera de colmillos de elefantes y desde la otra pared un puntero láser apunta al cazador.
"Juego con la posibilidad que me da el lenguaje para darle una vuelta de tuerca", añade en su último recorrido por este montaje. Se la ve relajada, comentando con Tébar —a quien conoce desde 1997— detalles de la obra. Un paseo con el que repasa cómo se han dispuesto los elementos de manera específica para adaptarse a la planta baja de la sede del Instituto Gil-Albert.
Animales a dólar
Si Todos son trofeos de caza furtiva parte de una beca con el Museo de la Universidad de Alicante, a su paso por México le interesó otra idea relacionada con los animales, La forma del dinero. Partiendo del concepto, crea origamis de animales a partir de billetes reales de dólar americano.
"Cualquier animal puede servir para otros fines", señala. La metáfora es sencilla y efectiva, plasmada con un gusto extremo por el detalle. Una minuciosidad y pulcritud que Tébar recalca mientras ven las fotografías que hizo de estas pequeñísimas figuras. En ellas, aumentadas, se puede apreciar cómo ajusta los pliegues para que el grabado del dólar represente unos ojos o la serie de números mantenga una línea pese a los dobleces.
Bellas ideas
"Me gusta que intenten casar las dos partes, la pieza y el texto", cuenta al analizar la plasticidad con la que envuelve la idea original. "A veces hay mucho texto y otras la imagen no se entiende", apunta sobre otro tipo de piezas conceptuales. Por eso insiste en que "ambas valgan lo mismo y el espectador no se pierda sino que aprenda más".
"Luisa busca cosas siempre. Su caja de recuerdos debe ser impresionante", tercia risueña Tébar. Se palpa la confianza ganada en el tiempo entre ambas aunque esta sea la primera vez que trabajan juntas. La convocatoria Arte en la Casa Bardín les dio el pie para hacerlo el pasado año. Lo que no se esperaban es que el día que les tocaba montarla, el pasado abril, a Tébar la nombrarían nueva directora del centro.
"Fue genial que te nombren y poder inaugurar una exposición que teníamos ya muchas ganas de hacer. Eso es muy bonito", explica Pastor. "Cuando haces un comisariado tienes que ser muy buen conocedor de la obra y sentirte cómoda porque si lo fuerzas, falta algo y no te da tanta satisfacción como este, que me da mucha pena que termine", concluye Tébar.