Alicante

La plaza se puso en pie mientras sonaba el himno de Alicante y los toreros hacían el paseíllo. Fue emotivo ver a Manzanares hijo vestido de “Manzanares padre y oro”, canela fina del arte de torear. El color del vestido con el que el maestro se despidió como torero en Sevilla, el de Madrid al toro de Manolo González, el de la faena célebre al toro de Algeciras… El canela de tantas tardes de seda y poesía. La emoción trepó por los tendidos y las lágrimas del hijo se desbordaron antes de un abrazo torero, emotivo y largo con El Juli, maestro ahijado de la maestría.

José María Dols Abellán, Manzanares, ha sido el reclamo y la figura del cartel de la feria, base y argumento en la nostalgia y en la memoria colectiva de los aficionados. La labor y la idea de la sociedad que comanda el empresario Nacho Lloret para articular una feria tan especial ha sido excelente. Manzanares fue un maestro del clasicismo, espejo y referente de la torería andante, torero de toreros. Una leyenda que el tiempo ha engrandecido y la historia acrecentará mucho más. La obra y el legado de los artistas.

Manzanares padre le dio la alternativa en Nîmes a un torero con 15 años que revolucionó las taquillas, las suertes con el capote y agitó las masas como reclamo en las plazas de toros: El Juli. El maestro madrileño está firmando una temporada asombrosa. Decir que una máxima figura como Julián atraviesa un buen momento es una bobada. El momento de los grandes artistas dura lustros, decenios…

El Juli le ganó terreno a la verónica al primer garcigrande, temperamental. Brindó a los cuatro hijos del padrino de su alternativa. La descendencia al completo en la arena alicantina. Casi en el mismo espacio en el que, por la mañana, Ana y Yeyes, las dos hijas y una nieta del maestro, lanzaban un beso al cielo azul de Alicante. El brindis en una baldosa. Unos doblones fueron antológicos por mando y tacto. La faena no prendió. Julián fijó con toques fuertes y trató de alegrar con la voz. El toro se aplomó.

Manzanares y el Juli, a hombros en la plaza de Alicante. Teseo Comunicación

Manzanares, que estuvo un año vistiendo un terno de luto y azabache por su maestro padre, se enfundó para tan especial ocasión un canela y oro. Sentimiento a flor de piel. Brindó al público José Mari tras recibir a su primero con una larga de rodillas en el tercio. Domingo Siro fue prendido dramáticamente y fue atendido en la enfermería tras su segundo par de banderillas. Corretón el toro, mansito, a su aire, con la lengua fuera antes de la faena de muleta. José Mari quiso taparle las rendijas, siempre la muleta en la cara. Hubo un pase de pecho monumental en toriles, ya rajado el toro. La estocada valió una oreja.

Blandito y flojo de remos fue el tercer toro de Garcigrande. Con buen fondo y justo gas. Posiblemente, el toro medio que sólo sirve a los mejores. Faena de lenta cocción. Juli midió tiempos y alturas, apenas tocó la arena la franela de su muleta en los primeros compases. Efectos, recursos y una estocada fulminante y poco ortodoxa le valieron para arrancar una oreja.

Tras la merienda, salió un cuarto toro con el hierro de Domingo Hernández, al que se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre. Colorado, astifino, despegado del suelo. Como bravo que fue, exigió a Manzanares un trazo exigente. José Mari se apretó por momentos con él, la barriga de sangre y canela. Otras toreó más despegado. Toro nada fácil y faena con altibajos de estética e intensidad. La impresionante estocada recibiendo, de Benlliure, aumentó el triunfo hasta las dos orejas.

“Cantante” se llamaba el quinto y pronto cantó la gallina. No hubo quinto bueno ni bravo. La ciencia julista administró alturas y jugó con las querencias de la mansedumbre. El toro se quería ir, se rajó y miraba “golosamente las tablas” como escribe el maestro Barquerito. El madrileño echó mano de la técnica para triunfar con el toro medio, herramientas que sólo conocen y manejan los mejores diestros. Cortó la oreja y se aseguró la salida a hombros.

El anovillado sexto tuvo un comportamiento de bravo. Se la comía por abajo. Codicioso. Hubo acople en algunos pasajes y destellos deslumbrantes como un cambio de mano casi en el epílogo. La faena no tuvo rotundidad pero la espada de Manzanares, que nos tapa muchas veces la boca, sí.

Los homenajes

La noche del miércoles 23 de junio, Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante y ahora presidente electo del PP en la Comunidad Valenciana, estuvo presente en un programa especial del Canal Toros de Movistar desde la Plaza de Toros de Alicante con José Mari Manzanares, Julián López El Juli y varios personajes vinculados a una figura universal como la del maestro alicantino.

Es curioso -y lamentable- que tras seis años de legislatura, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no ha hecho acto de presencia en ningún acto relacionado con el toreo, con la tauromaquia o con los tan manoseados “bous al carrer”. Ni en una corrida de toros, ni en un acto cultural, ni en una entrega de premios taurinos de la Generalitat. Ni ayer en el L aniversario de alternativa de Manzanares en Alicante, ni en la última tarde de Vicente Ruiz El Soro en Valencia. Ay, el año Berlanga.

El jueves por la mañana, en un acto organizado por el Ayuntamiento de Alicante y especialmente por Mari Carmen de España, edil responsable de los asuntos taurinos en el consistorio municipal, se descubrió un cuadro en homenaje a José María Dols Abellán habilitado en la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Alicante en presencia del alcalde de Alicante, Luis Barcala, la propia Mari Carmen de España y Ana, Yeyes y Manuel, tres de los cuatro hijos del maestro Manzanares.

Luis Barcala y Mari Carmen de España, con los hijos del maestro.

El concurrido acto contó con la presencia de numerosos aficionados y representantes de las distintas asociaciones taurinas de la ciudad que hicieron un recorrido por las diversas exposiciones fotográficas instaladas en el callejón y en las dependencias de la Plaza de toros. Las fotografías, expuestas durante toda la feria, son obra de Antonio Vigueras y Verónica Soriano.

Por último, programado para el domingo 27, el diestro sevillano José Antonio Morante de la Puebla ha tenido el gusto de regalar a la ciudad un busto de bronce, obra de Martín Lagares, con la figura del maestro Manzanares, torero muy querido y admirado en Sevilla y nacido, curiosamente, en el Barrio de Santa Cruz de Alicante. Con el mismo nombre y como el mismo barrio de Santa Cruz sevillano cuyas calles abrazan casi la Real Maestranza.

Ficha

Plaza de toros de Alicante. Primera de feria y de abono. Corrida de toros. Jueves, 24 de junio de 2021. Se lidió un encierro de Garcigrande, pareja, con la morfología y las hechuras de la casa, de juego dispar. Sobresalió el cuarto, de Domingo Hernández, premiado con la vuelta al ruedo, y el sexto, bravo y codicioso, aplaudido en el arrastre.

Casi 4.000 personas, con el aforo limitado por las restricciones sanitarias derivadas del COVID19. Festejo retransmitido en directo por en Canal Toros de Movistar. Tras romper el paseíllo, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, hizo entrega de un cuadro con teselas de la Explanada a los cuatro hijos de Manzanares como homenaje y reconocimiento de la ciudad, en presencia de Mari Carmen de España, edil responsable de Asuntos Taurinos.

-Julián López El Juli, de verde botella y plata. Pinchazo, estocada casi entera desprendida y descabello. Ovación tras aviso. En el tercero, estocada desprendida. Oreja. En el quinto, media trasera y descabello. Oreja.

-José María Manzanares, de canela y oro. Estocada. Oreja. En el cuarto, estocada recibiendo. Dos orejas. En el sexto, estocada. Oreja.

Segunda de la feria

-Viernes, 25 de junio. Corrida de toros. Enrique Ponce, José María Manzanares y Cayetano. Toros de Juan Pedro Domecq.

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