A tan solo 30 kilómetros de la ciudad de Alicante, se encuentra Novelda, un municipio con 25. 741 habitantes en la comarca del Medio Vinalopó, que destaca por tener uno de los conjuntos del modernismo más importantes de la provincia. La Ruta Europea del Modernismo incluye a Novelda en su itinerario desde 2007.
La puesta en marcha de la línea férrea entre Madrid y Alicante en 1858 fue de gran importancia para el impulso económico y social de la región en aquella época. Los habitantes de la villa de Novelda pasaron de vivir del cultivo de la vid para desarrollar otras actividades económicas más prometedoras. Entre ellas, la comercialización de especias, en especial del azafrán, la industrialización del mármol y la piedra natural.
Esta nueva línea de transporte, junto a la apertura de nuevos mercados nacionales e internacionales, trajo consigo la creación de una nueva clase social: la burguesía de carácter terrateniente. Esta nueva clase social gozaba de un alto nivel económico, político y social a partir de los beneficios obtenidos de actividades como la agricultura, el comercio y las actividades financieras.
Sin embargo, Novelda no fue reconocida como ciudad hasta 1901 y conserva desde entonces su gran legado arquitectónico, propio del modernismo. Este movimiento artístico, que surgió a finales del siglo XIX y principios del XX, estaba caracterizado por temas relacionados con la naturaleza y por el empleo de líneas curvas y asimétricas. Aunque este movimiento afectó a todas las artes, sobre todo estuvo presente en el campo de la arquitectura y de la decoración.
La burguesía alicantina también se dejó influenciar por la corriente modernista, por lo que mandó construir palacios y edificios con este diseño, que mostrarán al resto del mundo, que se trataba de una clase social arriesgada y atrevida. Entre los edificios que destacan en la ciudad por ser parte de esta corriente artística destacan los descritos a continuación.
Imprescindibles
Uno de los lugares que más representa al estilo modernista es el Santuario de Santa María Magdalena, situado sobre el cerro de La Mola. El templo fue construido siguiendo el proyecto del ingeniero textil noveldense José Sala Sala, quien tenía gran influencia del modernismo catalán. El proyecto se empezó a construir en 1918, pero no fue hasta 30 años después cuando se finalizó.
De su fachada destacan dos torres laterales de 25 metros de altitud que culminan con una cruz pétrea y una cúpula. La decoración, con pinceladas de los estilos medievales y barrocos destaca por la mezcla de guijarros del río Vinalopó, ladrillos rojizos, azulejos policromados y mampostería, elementos que se aprecian por toda su fachada.
En cuanto a la fachada, interior del edificio, se ha colocado el primer órgano público realizado con piedra natural procedente de las canteras de la comarca del Medio Vinalopó. El proyecto interior, diseñado por Iván Larrea Bellod, cuenta con cuatro soportes y cinco puentes entrelazados.
El Centro Cultural Gómez-Tortosa, propiedad del Ayuntamiento de Novelda, muestra la estructura típica de las casas particulares de la época. El edificio tiene tres plantas y fue construido a finales del siglo XIX. Su propietaria inicial, Antonia Navarro Mira, le realizó algunas modificaciones a través de la incorporación de elementos decorativos y arquitectónicos propios del modernismo. El edificio tiene gran historia pues se construyó como una vivienda familiar, en la que residieron los Condes de Gómez-Tortosa.
El exterior del lugar no hace sospechar de la belleza y particularidad del interior, que es donde está la gran parte de elementos modernistas, así como la estructura típica de las casas de la burguesía. Del Gómez-Tortosa destacan sus columnas, el enrejado de hierro fundido, la escalera de hueco ovalado, el patio rodeado de columnas de piedra caliza al estilo corintio, así como el salón de tapices pintado por Lorenzo Pericas.
La Casa Museo Modernista es una de las viviendas mejor conservadas que cuenta con decoración modernista. Aunque esta vivienda pertenece actualmente a la Fundación Mediterráneo, fue mandada a construir por su propietaria inicial Antonia Navarro Mira. Su arquitecto, Pedro Cerdán Martínez, la terminó de construir en 1903. La vivienda está compuesta de planta baja y dos pisos y de ella destacan sus enrejados en ventanas y balcones. Otros elementos como la madera tallada, los cristales, la pintura de sus techos y los murales también son propios de esta corriente artística. Aunque sin duda destaca la gran belleza de la escalera y el patio rodeado de columnas de mármol blanco.
El interior de la vivienda alberga una colección documental manuscrita del marino y científico español del siglo XVIII, Jorge Juan y Santacilla. La colección junto con el conjunto arquitectónico de la Casa-Museo son un reflejo global de las diferentes áreas del modernismo.
Finalmente, el edificio residencial de la Casa Mira también destaca por ser una de las construcciones mejor conservadas de la época. Obra del maestro de obras noveldense Ceferino Escolano, fue diseñada bajo la orden de Francisco Mira Abad, un popular comerciante de vinos que lo utilizó como residencia.
La Casa Mira tiene planta baja y dos alturas. La fachada de la planta baja está elaborada a base de piedras, mientras que el resto está hecha a base de ladrillos. Otro de los elementos modernistas que se puede apreciar en su fachada es la decoración vegetal del exterior, un recurso artístico muy utilizado en la corriente. En su interior destaca una escalera helicoidal, un oratorio y una sacristía.
Además, del noveldense Ceferino Escolano, en su construcción también participaron otros artistas de la ciudad como el marmolista Felipe Navarro y los herreros Samuel Pérez y José Samper.