Atraer una gran marca de prestigio en el mundo cultural es la razón que está llevando a varias ciudades españolas a competir por una sede del Hermitage. Alicante, que ha pedido el apoyo de la Generalitat, tiene un lugar pensado donde podría ubicarse un proyecto de estas grandes dimensiones: Cigarreras.
La antigua fábrica de tabacos es una de las zonas acoge actualmente un centro de cultura contemporánea, la Casa de la música y el depósito de patrimonio cultural. Pero esto es solo una pequeña parte de lo que cabe en el espacio. El próximo 9 de noviembre se aprobará la fase 1 de rehabilitación de la Casa de la Misericordia. Y, con ello, comienza oficialmente la expansión.
En este punto es donde considera el concejal de Cultura Antonio Manresa que podría apoyarse la propuesta. Un programa que lanzaría la ciudad al fondo de inversión suizo-luxemburgués Varia y a Cultural Development Barcelona para conseguir que el proyecto que llegó a España pensando en la ciudad condal siga su camino al sur para detenerse en Alicante.
"El Hermitage es un reclamo cultural potentísimo y tendríamos emplazamiento", recalca Manresa. Para que la segunda fase de Cigarreras sea ese lugar y deje de ser un condicional de muchas otras ideas, pide una cosa, el apoyo del Consell. "Si quisiera el conseller estaríamos abiertos a sentarnos, colaborar y presentar un proyecto conjunto", asegura.
La negociación con el Consell
Poner el foco en la Generalitat no es casual. La demanda de este apoyo surge precisamente en respuesta a la idea de comprar la parte municipal del Teatro Principal de Alicante. La carta en la que se ha formalizado el propósito del Consell recibía respuesta este miércoles en forma de este nuevo plan, que se formulaba tras saberse las desavenencias del Gobierno de Colau con los inversores que manejan la propuesta del Hermitage.
La relación entre Ayuntamiento y Generalitat se ha tensado en las últimas semanas debido al Principal, ¿podría esto cambiarlo? Manresa cree que "sería bueno que la Conselleria de Cultura colaborara con Alicante y empezáramos a limar asperezas para hacer cosas conjuntas que beneficiaran a la ciudad. Yo estoy por la labor y el alcalde también. Tenemos que buscar un territorio común y lo encontraríamos si hubiera voluntad".
Esa negociación tiene otros requerimientos. "Para esta colaboración que dice el presidente Puig de hacer Comunitat, hay que aceptar lo que se dice en Alicante. Que no vamos contra nadie, vamos a favor de todo", razona el concejal. Y afirma rotundo que "hay que venir pensando que estamos de igual a igual. El Ayuntamiento de Alicante no es súbdito de nadie. Es una entidad con personalidad jurídica y que puede tomar decisiones propias".
En todo caso, concluye sobre este aspecto, "no beneficia absolutamente a nadie que estemos enfrentados. Debemos colaborar". De ahí que asegure que el conseller Marzà "es bienvenido cada vez que quiera venir a la Concejalía de Cultura para intercambiar ideas y proyectos, igual que Raquel Tamarit".
La financiación de Cigarreras
Volviendo a la propuesta de instalarse en Cigarreras. Esta idea que se tendría que presentar a los citados fondos de inversión tendría que buscar encaje en lo sabido hasta ahora, que se quiere construir en un edificio del reconocido arquitecto Toyo Ito y que se habla de una inversión de 52 millones de euros.
Desde el Ayuntamiento de Alicante se hacen números. Y se tiene en cuenta tanto que una prioridad es impulsar el centro de congresos en el Puerto como que el MACA está trabajando en su ampliación. "Dependerá de cómo se cofinancien cada una de las fases", explican.
Si bien se abre la fase 1 ahora en noviembre y cabría pensar que la 2 y 3 que completan el programa tendrían que esperar, desde la Concejalía de Coordinación de Proyectos ya avisaron de que no tendría por qué ser así. Lo que sí se sabe es que la Casa de la Misericordia necesitará 24 meses para completarse y que su presupuesto inicial de cinco millones ha pasado a los nueve.
El Ayuntamiento no cuenta ahora con los problemas de la legislatura anterior, cuando estaba intervenido, y se puede incluso plantear comprar el Principal. Y aunque se presupone que sería un proyecto caro el interés por las grandes marcas culturales existe. Eso sí, se pide prudencia y la mencionada colaboración. "Se habla con mucha alegría", apuntan. De ahí que avisen que "hay que luchar mucho para sacar eso". Y frente a esa prudencia, el realismo: "Teniendo la financiación, se puede hacer".