Alcoy no quiere olvidar uno de sus episodios más heroicos, violentos y, a la vez, olvidados de su historia. El Ayuntamiento, tras un acuerdo plenario, celebrará el próximo domingo 9 de enero un acto de homenaje a todas aquellas personas que murieron o padecieron exilio por defender la ciudad en la Guerra de Sucesión. En concreto, está previsto que se coloque una placa en su recuerdo en la Plaza Ramón y Cajal, donde se produjo uno de los primeros asaltos del ejército felipista, circunstancias en las que, además, se produjo la demolición del antiguo convento de San Francisco.
El acto tendrá lugar el próximo domingo, 9 de enero, a las 12 horas. Ese día pero de hace tres siglos tuvo lugar la ocupación de Alcoy por parte de las tropas felipistas, hecho que tuvo lugar en 1708. Y todo por el posicionamiento de los alcoyanos a favor del archiduque Carlos, lo que casi conduce a la entonces villa a la destrucción. Los documentos de la época reflejan que estuvo asediada y que sufrió ataques, multas y la abolición de privilegios forales con el decreto de Nueva Planta.
Un posicionamiento propiciado por la muerte del último rey de España de la Casa de Habsburgo, Carlos II, en noviembre de 1700 sin haber dejado descendencia. A su muerte no solo España, sino todo el continente europeo se sometió a un conflicto dinástico para evitar que la llegada de su designado en el testamento, Felipe V de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, reforzara la unión con Francia.
A la postre, este conflicto acabaría con España como potencia hegemónica en Europa -degeneró en una guerra civil entre la corona de Castilla y la de Aragón- marcando el rumbo de su futuro a como lo conocemos en la actualidad.
Ocho días de asedio sin tregua
El 1 de enero Alcoy había quedado incomunicado y se luchó durante ocho días
sin tregua, hasta que el día 9 su guarnición capituló ante la falta de socorros del
exterior. Durante esos días los ataques del general borbónico Mahoní se vieron
reforzados por la llegada del duque de Berwick, con más de seis mil hombres y
seis grandes cañones.
Tras la ocupación centenares de milicianos, que no estaban acogidos al fuero militar, fueron ejecutados durante "seis terribles meses", recuerda el Ayuntamiento en un comunicado, entre ellos el capitán Francesc Perera, natural de la comarca de Balaguer. Mientras que otros numerosos alcoyanos, partidarios del archiduque Carlos, se vieron obligados a marchar al exilio.
El concejal de Cultura, Raül Llopis, explica que "coincidiendo con el 9 de enero celebraremos este homenaje. Será un acto sencillo, pero necesario, para reconocer a todas aquellas personas que murieron o sufrieron exilio por defender Alcoy. Y lo hacemos en un lugar emblemático, puesto que en la Plaza Ramón y Cajal tuvo lugar uno de los primeros asaltos a la población".