Alicante

La lacra del racismo o la complejidad de la identidad son cuestiones que Quan Zhou (Algeciras, 1989) conoce de cerca y cuya seriedad ella ha encontrado la manera de denunciar y de explicar a través del sentido del humor. 

Con ese sello personal, esta ilustradora y novelista gráfica presenta el próximo miércoles 12 'Un diálogo intercultural a golpe de cómic y de humor' en la Sede Universitaria de la Ciudad de Alicante, municipio que conoce "como una segunda casa", al venir siempre que puede a visitar a una amiga.

En esta conferencia que presenta Elías Alonso, se partirá de su primer proyecto exitoso, 'Gazpacho agridulce' (Astiberri), donde la autora contó con su trazo en 2015 cómo es nacer y crecer en España siendo china y andaluza y cómo se convive con los prejuicios que existen en torno a la población asiática

Uno de ellos, que tumba en la conversación nada más empezar, es el que tiene que ver la parte por el todo. "China es un país gigante y Asia un continente inmenso", avanza, "pero no todas las personas que tengan ojos rasgados caben en ese cajón de ser chinas y a la vez, la propia China guarda muchas cosas entre su zona rural y urbana", responde.

"A mí me preguntan cosas como si yo representara a todo un continente", dice resignada. Es por ello por lo que tampoco se atreve a dar una opinión sobre el sistema político que dirige China: "Yo tengo la visión que nos llega a Occidente y no te puedo contar lo que pienso por las veces que he estado allí de viaje", sostiene. 

Quan Zhou en la presentación de Gazpacho agridulce.

En su segunda novela gráfica, y continuidad de la primera, 'Andaluchinas por el mundo. Gazpacho agridulce 2', también con la editorial Astiberri, publicada en 2017, Quan cuenta cómo ella y sus dos hermanas salen del nido, donde han crecido en torno al restaurante familiar que abrieron sus padres a finales de los 80 en Andalucía, para recalar en su caso en Madrid, Qing en Francia y Fu en Estados Unidos. 

En el pais americano, le preguntamos, existe una asimilación de la comunidad china mayor que en España al haber más presencia desde hace más tiempo. "Volvemos a lo mismo, depende de la zona del país", responde. Allí se extendió uno de esos estereotipos que también perduran en Europa de que los chinos son buenos en matemáticas.

"Se trata de un caso de racismo importado. Estados Unidos había prohibido la inmigración china, pero abrieron la veda a los ingenieros que fueron al país y que se casaron y tuvieron hijos que se dedicaron a este campo" e hicieron perdurar esa imagen. 

O como la que existe en España de que hay tantos niños chinos en los comercios chinos, a lo que esta directora del podcast 'Movidas varias'donde da a conocer otras realidades "en un tono educativo-festivo, antirracista e interseccional", achaca a que los padres chinos que vienen "no tienen muchos recursos" y a la cuestión cultural de que "los hijos sigan con el linaje familiar". 

Racismo 

Su segunda novela gráfica nació, en parte, como respuesta a esos haters que llenaron de insultos el apartado de comentarios de El País, donde le dedicaron un reportaje sobre su primer libro. "Éramos las segundas generaciones que habíamos nacido aquí y nos sentíamos españoles. Cuál fue mi sorpresa que hubo miles de comentarios en redes. Muchos de ellos, negativos. Recuerdo que uno me impactó mucho: ‘Que nazca un hámster en un establo, no le hace un caballo’. Así que, de algo tan negativo, decidí hacer algo positivo y cambié el enfoque de la novela", se puede leer en la sinopsis de la editorial. 

Aunque es en su último libro, 'Gente de aquí, gente de allí' (Astiberri, 2020), donde profundiza en la cuestión racista e identitaria. "Por supuesto que yo he sufrido el racismo, no conozco a persona racionalizada que no le haya pasado, incluso aquellas que me dicen que no les ha pasado es porque no se han dado cuenta", responde. La pandemia de Covid también ha traído mayor rechazo, en general, hacia la comunidad china, asegura, aunque en este caso concreto ella no lo ha experimentado.

Gente de aquí o de allí, de dónde se siente Quan Zhou. Ya solo la pregunta asume parte del sesgo de querer categorizar a la persona por su nacionalidad. "¿Por qué me tengo que sentir solo española o china? Yo me siento española y china", responde. 

Para su próximo proyecto, aún en ciernes, va a profundizar sobre "la mujer que viaja sola en pandemia". Ahora, que por su trabajo se considera "nomada digital", tiene la posiblidad de moverse más y de reflexionar sobre esta forma de vida y de trabajo, explica desde Lanzarote, recién llegada para pasar unos días antes de volar a Alicante. 

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