Uno de estos seres, de acero corten y aluminio, sale aterrorizado del Museo de la Universidad de Alicante (MUA). A su vez, otra de estas gigantescas criaturas se abre paso a toda prisa entre la gente para acceder a su interior.
En otro espacio de la UA, hay otro individuo intentando escalar un palo recto como si fuera un estudiante que, atravesando las dificultades diarias de la vida, lucha por conseguir el trabajo de sus sueños. Estos son solo algunos ejemplos de las obras del escultor Moisés Gil (Cocentaina, 1963) que estarán disponibles en la Sala Patio del MUA desde el 6 de mayo hasta el 10 de julio.
'Identidades Anónimas' es el nombre de esta exposición compuesta por 22 piezas en formato grande, de entre 2 y 4 metros de altura, que están hechas con materiales como el acero de tipo corten, aluminio y fibras de vidrio. El autor muestra una reflexión del ser humano contemporáneo a través del arte, pero sin olvidar los principios básicos de la filosofía.
Simplemente 'seres'
Gil quiere dejar claro que no se trata ni de hombre ni de mujeres, que simplemente representan al ser humano. "Son seres asexuados. La condición no es para nada determinante, donde también forma parte la arquitectura", en una exposición resultado de dos corrientes: minimalismo y expresionismo.
La exposición muestra las dos caras del ser humano, de la individualización del ser al anonimato que se produce cuando el individuo es considerado como parte de la sociedad. "Se trata de una invitación de lo público a lo privado", explica el alicantino.
Era marzo de 2020 cuando Moisés Gil iba a presentar 'Identidades Anónimas' en la Universidad de Alicante, pero la pandemia lo impidió. Sin embargo, estos dos años han servido al artista para realizar cambios en su obra e incluir nuevas piezas y reflexiones, que la hacen todavía más interesante.
Varias historias y una realidad
Los últimos momentos que han sacudido la realidad del ser humano, como el coronavirus o la invasión rusa en Ucrania que ha llevado a miles de refugiados a huir de la guerra, también están representados en esta obra. No tanto en las esculturas, sino en las bases que las sostienen porque "los palés viajan por todo el mundo al igual que lo hacen los refugiados de Ucrania o Libia", afirma el artista.
Gil cuenta que a través de los seres se cuenta una historia, que el espectador puede entender de una forma si se fija en una figura concreta, pero que cuando une todas las piezas se convierte en una realidad totalmente distinta.
El objetivo que busca el artista es hacer reflexionar a la audiencia, que su obra sea "entendible" y que cada uno se sienta identificado con uno o varios de estos personajes.
Sobre el autor
Moisés Gil nació en Cocentaina en 1963. Escultor y Profesor Titular del Departament d’Escultura de la Facultat de Belles Arts de San Carles de Valencia. «El escultor contestano con sus configuraciones espaciales hace reflexionar al espectador sobre la existencia del ser humano en la sociedad post tecnológica, a partir de la escultura conceptual, en la que utiliza diversos materiales que, mezclados, dialogan entre sí con el fin de potenciar el contenido semántico de la obra» en palabras del periodista Fernando Castro.
La escultura se basa en el compromiso y la solidaridad del artista con lo que a él mismo le sucede y observa a su alrededor, vive la crisis y se la apropia para expresar el momento vivencial de la sociedad que le rodea, haciéndose eco con su propia forma de expresarse de las vicisitudes y contrariedades que conllevan el momento difícil actual que estamos padeciendo. Con estas propuestas artísticas, hacer reflexionar al espectador y llegar a una reflexión positivista.