"Aquí se escribe poco thriller judicial", apunta Enrique Botella. Abogado y escritor, está de promoción con su nuevo libro, Escarcha en el pelo, pretende dar eso una novela en la que recorre tres décadas de historia de España y embarca a su pareja protagonista en un juicio con el suicidio asistido como eje.
En ese camino hay algo que tenía muy claro cuando empezó a escribir este libro años atrás: quería que fuera fiel a la realidad. "La gente está demasiado influenciada por el cine americano", razona mientras toma un café en una céntrica cafetería. Y así recuerda uno de los últimos ejemplos de ello, que le molesta en particular. "Veo series, como una española, y alucino en colores".
¿Qué es lo que le irrita tanto? Aunque en la ficción cabe todo, razona, no ve sentido a que en una serie hecha en España, durante un juicio, "el abogado de la acusación particular se levanta por el juzgado, le da al juez unos papeles y pega un mitin. ¡Y luego el abogado defensor, lo mismo!". ¿Lo único que vio realista en esa escena? "Los jueces cabreados, aunque eso suele pasar", responde.
"No hace falta la espectacularidad", recalca. Y explica para quienes no conozcan el sistema judicial que "en España no nos levantamos, somos el único sistema judicial en que no se levantan". Risueño, como siempre, Botella asegura que si alguien se levanta en sala la pregunta que recibirá es si necesita ir al baño. "En la mayoría de los sistemas legislativos internacionales se ponen de pie al informar al juez. Y aquí estamos sentados y es un derecho que es casi una obligación".
Basarse en la realidad
Estos ejemplos los pone sobre la mesa porque, como recalca, "un director de teatro me decía que los abogados somos magníficos actores sentados y puede ser perfectamente y lo puedes hacer realista y no deja de ser efectivo". La verosimilitud es un factor en el que insiste porque esa es la línea con la que se ha movido para crear el juicio. Una parte de Escarcha en el pelo de la que ya ha recibido los primeros comentarios valorándola.
Con 38 años en ejercicio, Botella ha mantenido esas experiencias que ha ido acumulando a lo largo de su carrera en este relato que también cruza décadas para contar la relación entre Pablo y Raquel. Un abogado retirado que recibirá la extraña petición de su amor de juventud de volver a los tribunales para defender a la que fue su amor de juventud, acusada de asesinar a su pareja sentimental por suicidio asistido.
¿Tenemos derecho a morir?
Afrontar el debate de la eutanasia o el suicidio asistido, ya aprobado en España era el debate que le interesaba abordar desde la doble perspectiva de lo emocional y lo legal. ¿Qué hacer si la mujer que amas te pide que la mates? Este es el lema con el que lo plantea para que el lector se lo pregunte a sí mismo y piense cómo reaccionaría a ello.
Botella explica que un caso surgido en 1998 le dio esta idea. Ese año visitó a una señora en la prisión de Picassent que quería hablar conmigo y me cuenta su historia de que había matado a su compañera porque creía que estaba enferma (y no lo estaba). Otro detalle que añade, "en la vida he visto a un cliente salvo con un cristal y unos barrotes por medio".
Así que casi 25 años atrás se empezó a plantear lo que llegaría a ser esta novela edita por Mankell y que presentará el jueves 9 en la Sede de Alicante de la UA. "¿Tenemos derecho a morir o no lo tenemos? El derecho a la vida lo está. Y el de morir no está. La eutanasia es el derecho a cómo quieres morir o el momento porque el derecho a morir no existe. Tenemos derecho a la vida. Pero ¿a la muerte? Si no lo tenemos, la vida se convierte en una obligación. Pero, y si no te puedes suicidar, ¿qué? ¿Una persona tiene menos derechos si no puede?".