José Mari Manzanares a hombros en su plaza de Alicante.

José Mari Manzanares a hombros en su plaza de Alicante. Teseo

Cultura TOROS

La Puerta Grande de Manzanares salva una tarde extraña

El torero alicantino cortó las dos orejas del quinto tras una faena de compromiso, inteligencia y fe.

24 junio, 2022 22:35
Alicante

José Antonio Morante Camacho, que en los últimos tiempos ha marcado a sangre, alma y fuego tardes gloriosas de belleza deslumbrante en Alicante, hizo el paseíllo en la Ciudad de la Luz pocos días después de pasar el oscuro y amargo trago de perder a su padre: Rafael Morante.

Gloria al padre y gloria al hijo, Espíritu Santo del toreo. Los artistas y sus circunstancias, que suelen pasar inadvertidas entre el público. No fue ayer la tarde de Morante. Bronca y bronca.

Fue una tarde extraña. Hoy en día es extraño no ver a Morante bien, es extraño que la corrida no tuviera mejores hechuras. El comportamiento siempre es una incógnita pero la morfología no. Fue extraño el comportamiento de algunos toros. Lo extraño se apoderó de la tarde y del análisis. Pero al tajo.

Morante cosechó dos sonoras pitadas en el coso alicantino.

Morante cosechó dos sonoras pitadas en el coso alicantino.

En los prolegómenos del festejo, se rindió homenaje al doctor don José María Reyes, cirujano jefe de la Plaza de Toros de Alicante. Luis Barcala, alcalde de la ciudad, Mari Carmen de España, concejal responsable del Ayuntamiento de Alicante, Carlos Mazón, presidente del PP en la Comunidad Valenciana, el empresario Nacho Lloret y representantes del Club Taurino de Alicante y la Tertulia Cultural Amigos de Nimes entregaron varios obsequios al homenajeado.

Hubo menos gente esta tarde que ayer, por lo que resulta más que evidente que Roca Rey es quien hoy marca la pauta en la taquilla.


“Tabacalero” hizo cosas extrañas de salida. Frenazos, coladas, se metía por dentro. Evidente problemas de visión. Morante se lo indicó al presidente. El de La Puebla, con buen criterio, cogió la espada de verdad. Le pegó dos muletazos de tanteo y hábilmente mató al toro. El cuarto, con más cara pero feo, desarmó a Morante con la capa. Y luego con la muleta.

Parecía que el inicio podía retornar las aguas al cauce de la normalidad morantina. Pero no. Se eternizó con los aceros. Tarde aciaga. El que quiera más, que vuelva mañana, dijo Belmonte. Mañana vuelve Morante a hacer el paseíllo. La esperanza es lo último que se puede perder con un torero tan genial.

Manzanares paró primorosamente al segundo de El Pilar, largo, ensillado, “colorao”, que planeó encelado los vuelos del capote. Sutil José Mari para embaucarlo. Extraño el comportamiento del toro. Tan pronto planeaba como soltaba la cara y buscaba al torero. Hubo un par de naturales de superior temple y tacto. Poca historia más.

Pablo Aguado agradó, pero falló en sus dos toros con el estoque.

Pablo Aguado agradó, pero falló en sus dos toros con el estoque. Teseo

El castaño quinto, de nombre Miraflores, siempre tuvo tendencia a rajarse, a desentenderse. Trató de sujetarlo y acariciarlo Manzanares en el inicio. Por momentos consiguió encelarlo, dejándole la muleta en la cara y tapándole todas las rendijas. Hubo muletazos excelentes en redondo y al natural.

Paciente e inteligente Manzanares. La técnica y la razón al servicio de la lidia y el toreo. Con fibra y buena actitud, el alicantino salvó una tarde que se despeñó casi desde el minuto uno. Una soberbia estocada, algo trasera, fue el preludio de las dos orejas.

Pablo Aguado, que debutaba en esta plaza, brindó a Manzanares su primer toro. Codicioso y repetidor el de Álvaro Núñez. Bravo tela. Hubo una serie con la derecha muy jaleada y muy natural. Sin forzar la expresión ni la embestida. Hubo un ayudado rodilla en tierra hermoso. Un cuadro. Pero la sensación es que las embestidas ni se gobernaron ni se sometieron.

El acompañamiento tuvo personalidad, estética, naturalidad. Sevillanía si quieren. Pero gobierno no. Será cuestión de conceptos, de gustos o de debates filosóficos de lo que es el toreo, pero estimamos que al toro bravo mejor si se le somete. Mejor si se le gobierna y se le puede.

Con soberbia despaciosidad paró Aguado al sexto de El Pilar. Pareció que el toro se quedó sin fuerza o pasmado de temple al quinto capotazo. Extrañísimo comportamiento del toro, que perdió las manos varias veces, andaba como descoordinado. Y eso que Aguado le hizo todo con supremo tacto. Ni así.

Ficha

Plaza de Toros de Alicante. Corrida de toros. Cuarta de abono. Viernes, 24 de junio de 2022. Dos tercios de entrada. Festejo retransmitido por en Canal Toros de Movistar. 
Se lidiaron toros de Álvaro Núñez y El Pilar (2 y 6), muy desiguales y terciados en general. Peligroso el 1, cambiante el 2, bravo el 3, deslucido el 4, rajado el 5, endeble el 6.

-Morante de la Puebla, de nazareno y azabache. Bronca. En el cuarto, bronca.

-José María Manzanares, de azul marino y oro. Ovación. En el quinto, dos orejas.

-Pablo Aguado, de verde hoja y oro. Ovación tras aviso. En el sexto, silencio.