Alicante

Por las arterias céntricas de la ciudad de Alicante -Maisonnave, Óscar Esplá, Doctor Gadea, zona del Puerto…- revoloteaba al son del viento de Levante la publicidad sobre uno de los integrantes del cartel de la tarde: Talavante. Y sobre los reclamos de la feria: Roca Rey y Manzanares. El año que viene en esas “banderolas” tendrán que poner a Tomás Rufo como gran triunfador de la Feria de Hogueras 2022. O uno de ellos.

Pese a que anoche fue la Nit de la Cremà, el fuego no convertirá en ceniza ni en olvido la extraordinaria faena de Tomás Rufo de ayer. Ni el tiempo será capaz de destruir las emociones y la belleza en la memoria de los buenos aficionados. Una obra magna, de coleccionistas, de principio a fin. Sin fisuras. Con toda la rotundidad del toreo más macizo, bien expresado y trazado.

Tomás Rufo cimentó una obra colosal. De cabo a rabo. Con el capote toreó primorosamente a la verónica. Hermosa la lentitud de una media dormida como broche al saludo. Se arrancó el excepcional toro de Juan Pedro antes de brindar el matador y Rufo lo toreó al natural como los ángeles.

Con los vuelos, media cuarta de la franela en la arena, el toque sutil, el trazo sublime. Qué gozada. Un lío. Soberbia serie por redonda, maciza, torera, sentida. “Lechero” se arrancaba con casta y motor. Exigente el toro y exigente el trazo del toledano.

En redondo, hubo tandas de cinco o seis con la muleta a rastras, la embestida sometida, conducida, gobernada, soltada y ligada. Lo que viene a ser torear como mandan los cánones. En la misma faena Rufo exhibió dos versiones: la derecha capaz, mandona y exigente. Y la izquierda, la mano de los billetes, y de la belleza sublime.

La redondez y la rotundidad fueron clamorosas. La caligrafía perfect, las series ligadas, los muletazos limpios. Y como mató -sensacional- en todo lo alto cortó sus dos primeras orejas como matador de toros en Alicante. Soberbio Rufo. Ahí quedó eso.

Se desmonteraron con los palos en el sexto José Antonio Carretero, excelente capotero, y Fernando Sánchez, soberbio banderillero. “Dibujante” embestía sin acabar de entregarse. Rufo lo llevó a la altura precisa. Ni molestando por abajo ni aliviando por arriba. La altura justa, el pulso exacto.

Rufo en un momento de su faena. Teseo

El toro miraba a la altura de las hombreras, encampanado. Se desentendió en los finales. Seguro, centrado e inteligente Tomás. Al sexto, el toro medio, el toro con el que marcan diferencias las figuras, le arrancó una oreja para rubricar su tarde. Chapeau.

Morante salió declarando sus intenciones de reencontrarse con el público tras el fiasco, ajeno a su responsabilidad, de la tarde anterior: dos largas en el tercio, chicuelinas, una serpentina. Más enérgico que morantino el arranque… Luego, firmó dos verónicas antológicas. Brindó al público y principió la faena con el sello inconfundible de su torería.

Un trincherazo podría exponerse en El Prado. Pero el toro comenzó a quedarse corto, a soltar la cara, a defenderse. No acabó de construir Morante la faena ni esta a prender en los tendidos. Pero la actitud del genio de La Puebla hizo congraciarse con el respetable, que lo ovacionó con justicia.

Morante, con la manguera refrescando el albero alicantino. Teseo

Tras la merienda, Morante cogió la manguera, de nuevo en Alicante, para acondicionar el ruedo. El cuarto fue toro deslucido, de viaje corto y de frágiles apoyos. Qué pena que a Morante le embistan por derecho tan pocos toros.

El segundo de Juan Pedro se llamaba Príncipe, como el toro de la alternativa de Paco Palazón, de Daniel Ruiz, hoy director de la escuela taurina de Alicante. Príncipe embistió de salida con notable son y gran fijeza. Arrancaba al galope, franco, entregado.

Talavante le sopló un fajo de verónicas de excelente trazo, temple y suavidad. Como el quite por chicuelinas: ajustadas, límpidas, cadenciosas. Por poner un pero: su buen toreo con el capote no trascendió al tendido con pasión. Hubo una serie con la izquierda cumbre de sutileza; cosidos los naturales con la franela acariciando la arena. El palillo por la cadera sin apretar mucho al buen toro de Juan Pedro. Faena presidida por la limpieza y la categoría “talavantina”. Oreja.

Talavante se llevó una oreja de la Feria de Hogueras. Teseo

El castaño quinto, bociblanco, se movió con carácter. Temperamento y codicia. Talavante prologó la faena con muletazos rodilla en tierra de notable plasticidad. Le bajaron un poco los humos al toro. Pero no todos. Siguió el extremeño con series en redondo sin acabar de someter las embestidas del de Juan Pedro.

Ignoramos cuál hubiese sido el escenario si Talavante hubiera apretado más al toro por abajo. ¿Le hubiera limado asperezas? ¿Se hubiera rajado “Jubiloso”? Que interprete el lector el análisis. Unas manoletinas precedieron varios pinchazos antes de agarrar una estocada. La sensación es que fue toro para que una figura del toreo como lo es Talavante lo cuajara. Más allá de pinchazos y trofeos.

Ficha

Plaza de Toros de Alicante. Corrida de toros. Penúltima de abono. Sábado, 25 de junio de 2022. Media entrada.Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, de buena presentación y juego dispar con varios toros de nota. De buenas hechuras el sexteto. Noble aunque a menos el 1, bravo y noble el 2, excelente el bravo y enclasado 3, ovacionado en el arrastre, deslucido el 4, con carácter pero manejable el 5, vulgar el 6.



-Morante de la Puebla, celeste y oro. Ovación. En el cuarto, ovación.



-Alejandro Talavante, azul noche y oro. Oreja. En el quinto, ovación tras aviso.



-Tomás Rufo, blanco y oro. Dos orejas. En el sexto, oreja.