Alicante

La muerte y la soledad son los temas a los que la Muestra de Teatro dirige su mirada este miércoles. Dos propuestas que abordan su presentación a través de la poesía con el caso del que fuera el árbol más solitario del planeta y en el caso de la pérdida desde la cotidianidad de un convite familiar.

Los primeros en arrancar serán La Negra. Con L’arbre del Teneré recuperan la historia real de una acacia del desierto del Sáhara que fue considerada durante mucho tiempo el árbol más aislado de la Tierra. Este fue el último superviviente de un grupo de árboles condenados por la desertificación. A principios del siglo XX, una caravana de tuaregs que transitaba en dirección a Níger lo descubrió, y este ejemplar único pasó a ser un árbol venerado por el pueblo nómada. En 1974, un conductor ebrio chocó contra él, segándole la vida.



A las seis de la tarde, el Teatro Arniches contará esta historia con un sugerente planteamiento escénico de luces y sombras apoyado en un espacio sonoro que cobra gran importancia, como destaca la organización de la Muestra de Teatro. Se trata de la segunda obra que Toni Agustí escribe y dirige para La Negra, después de Nautilus, 20.000 leguas de viaje submarino en 2019.

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Los intérpretes Álex Cantó y Jesús Muñoz juegan a recordar a sus antepasados en Eclipsi Total. Lo harán sentando a la mesa de un convite a varias generaciones de sus familias. Así les pondrán cuerpo, grabarán sus voces y recrearán un pasado que les parece ficticio.

Esta propuesta de Pont Flotant se verá este miércoles al Paraninfo de la Universidad de Alicante a las 20 horas. En ella, la veterana compañía valenciana vuelve a enredarse en los hilos de la memoria para preguntarse cómo gestionamos, cómo educamos y cómo nos preparamos ante el hecho inevitable e irreversible de la muerte.

"El paso del tiempo siempre ha estado presente en la mayoría de nuestros trabajos. A menudo, pasado, presente y futuro han dialogado en escena, haciendo hincapié en las diferentes etapas vitales: la niñez en Com a pedres; el presente y el carpe diem en Exercicis d’amor; la vejez en Algunes persones bones, o las tres a la vez en El fill que vull tindre, donde un grupo numeroso de niños y adultos de entre 40 y 86 años representaban en escena la niñez, la edad adulta y la vejez", explica la compañía formada también por Joan Collado y Pau Pons.

"Después de veinte años mirando de reojo el misterio de la vida en nuestras creaciones, nos hemos decidido a hablar directamente sobre un tema delicado, complejo, misterioso y lleno de tabúes como es la muerte. Y lo hacemos con un tono sobrio, respetuoso y a la vez con humor, intentando no caer en la frivolidad", concluyen.

"Lo que más impresiona de esta pieza es cómo consigue Pont Flotant llenar el escenario con la presencia de los personajes no visibles; de todas aquellas personas que están, aunque no aparezcan", razona Mónica Pérez, directora de la Muestra, a través de un comunicado. "En poco más de una hora recibes todo un aprendizaje emocional sobre cómo gestionar el duelo por la pérdida de nuestros seres queridos y la conciencia de nuestra propia mortalidad".