Alicante redescubre su pasado masón con el que fuera presidente de la Diputación y fundador del museo arqueológico
Un paseo por la ciudad reúne al nieto y bisnietos de Franklin Albricias Goetz y el impacto de su legado en la provincia.
1 marzo, 2024 06:07Republicano y masón, el que fuera presidente de la Diputación de Alicante e impulsor de la fundación del museo arqueológico cayó en el olvido durante ochenta años de la ciudad a la que sirvió como teniente de alcalde. En 2013 un monumento y una plaza a su nombre lo cambió, pero es ahora cuando es posible el reencuentro con su nieto y bisnietos estadounidenses que lo visitan por primera vez.
Franklin Mario Salazar Albricias descubrió cuando era un adolescente en Bolivia lo que había hecho su abuelo recién fallecido. "Cuando mi madre anuncio su muerte, fue cuando quiso compartir conmigo su vida", asegura frente al monumento. Y así fue cómo descubrió "el impacto que tuvo en Alicante y su comunidad", razona.
María José Rodero, la que este jueves les está ejerciendo como guía por la ciudad, conoce bien esos efectos en Alicante. Ella está en la logia Constante Alona 105 de la Gran Logia Simbólica Española, a la que se dirigieron estos familiares hace medio año para plantear su visita al territorio. "Querían conocer algo que hubiera de sus familiares y contactaron con la logia Constante Alona a la que yo pertenezco", apunta.
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Salazar señala que su madre "nunca mencionó la política, la guerra o los conflictos que soportó la familia", mientras estuvo vivo su padre. Y en esa conversación en la que el aún adolescente descubría su pasado familiar, "se apresuró a mencionar cuánto hizo mi abuelo por la educación y lo que quería lograr como educador y líder".
Así lo corrobora Rodero. "Tanto Franklin Albricias Goetz como su padre, Francisco Albricias Bacás, fueron personas que tuvieron una incidencia muy grande en el Alicante de los años 20 y 30", destaca antes de dar un paseo con ellos en la soleada mañana que despide febrero.
Albricias Bacás "era pastor protestante evangelista y, habiéndose educado en Suiza, trajo una metodología muy democrática y distinta al sistema educativo que había en la época, que eran fundamentalmente muy afines a lo que luego fue la Institución Libre de Enseñanza con Francisco Giner de los Ríos. Innovador en el sentido de que era partidario de la integración de los niños y niñas en las aulas, de clases al aire libre, respeto, fundamentalmente respeto por el ser humano sin una metodología que realmente fuera impositiva".
Recibimos a la familia de Franklin Albricias Goetz, quien fuera presidente de @dipuAlicante entre 1931 y 1934 🔹
— Diputación de Alicante (@dipuAlicante) February 29, 2024
Procedentes de EE.UU., el presidente Toni Pérez les ha acompañado en su visita por el #PalacioProvicial y les ha entregado un álbum con fotos de su antepasado 📸 pic.twitter.com/pfWpytgyI0
El entusiasmo en las palabras de Rodero crece cuando pasa ya a referirse a Albricias Goetz porque su legado "es una impronta educativa que le debemos a la Escuela Modelo de Alicante, que se fundó por el padre de este señor". Ese camino, destaca, tuvo arranque modesto "con siete alumnos en la calle Labradores". Y por su "tesón y fe en su trabajo" fue creciendo literalmente, ya que "construyó una escuela en un solar de la calle Calderón".
La cita de las calles forma parte del pequeño informe con que han recibido a los familiares en esta jornada y con el que reivindican precisamente ese legado invisible. "Estamos hablando de unos años muy convulsos, muy importantes en la historia de Alicante y de una persona que fue muy activa", subraya Rodero respecto a los años de la República.
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Tras un breve paseo por esas calles, el actual presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, les ha recibido en el palacio provincial, como señal de ese cambio. Entre 1931 y 1934 Albricias Goetz presidió esta institución y en 1932 abrió en los bajos de este edificio el museo arqueológico, que siete décadas más tardes pasaría al antiguo hospital San Juan de Dios ya convertido en el actual Marq.
"De alguna manera, ese espíritu por el afán de educarnos y de sembrar el conocimiento, es un tributo a la memoria histórica", concluye Rodero. "Uno siempre quiere saber de dónde viene", resalta Salazar, "y para mí, mi hermana y mi hermano encontramos un gran orgullo de cómo la familia Albricias fue un faro de servicio para cualquier comunidad a la que pertenecían".
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