Alicante

La directora María Antón dirige una historia de amor a su ciudad, Benidorm, uniendo en la ficción a la princesa del pueblo Belén Esteban con la poeta americana Sylvia Plath. Su corto Soy vertical, pero me gustaría ser horizontal emprende su carrera en el circuito internacional de festivales y aspira a entrar a los Goya.

Ajetreada entre la promoción de este cortometraje y la preparación de otro guion, Antón está contenta con la acogida que está teniendo su primer trabajo de ficción. Después de haberse centrado en el género documental, da este salto volviendo a su tierra. "Y no sabía qué hacer porque lo conoces todo y no sabía qué elegir", confiesa.

Al final su mirada se dirigió a dos populares personajes que en principio parecen totalmente contrapuestos: Sylvia Plath y Belén Esteban. A ambas las unió su felicidad en Benidorm, la capital turística de la Comunidad Valenciana. Y a Antón le interesó porque así podía dar una visión diferente.

María Antón Cabot, la directora del cortometraje, en uno de los escenarios.

"La forma de afrontar la vida de ambas era bastante parecida", explica sobre sus personajes. "De Sylvia se queda un recuerdo triste, pero ella tenía mucho humor y mala leche", afirma sobre la poeta americana ganadora de un premio Pulitzer póstumo por sus poemas ya que se suicidó en 1963. 

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Así que Antón remarca que tanto Plath como Esteban "tenían mucha gracias en sus preferencias: a las dos les encanta la fiesta, ligar con chicos... Son gente que se come la vida".

Los hombres de sus vidas también pasan por Benidorm. El poeta Ted Hughes y Plath disfrutan de su luna de miel en 1956 en el que entonces aún era un pueblo de pescadores. Esteban y el torero Jesulín de Ubrique se cruzarían en las calles ya convertidas en un atractivo turístico cuando el diestro ofrecía corridas de toros solo para mujeres.

"Tanto Ted como Jesulín representan el típico hombre machista que a las dos les afectó en su vida", razona Antón. Y en la relación que inventa para el corto también habla de su relación como madres y del tiempo que pasan y cómo disfrutan ambas su Benidorm.

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Eso es lo que muestra al espectador durante los cerca de cuarenta minutos de Soy vertical, pero me gustaría ser horizontal. Para Antón lo importante era reproducir ese momento de conexión en que "conoces a alguien y no sabes por qué piensas que vamos a ser amigos. Si está eso funciona. Y necesitaba que eso te lo pudieras creer y para eso necesitaba los 40 minutos y que tuvieras esa sensación".

Ese es el objetivo que consigue con un viaje en el tiempo por medio gracias a las interpretaciones de Odette Galbally como Plath y Ruth Gabriel como Esteban. Aunque, recuerda, no siempre fue así. Al principio le llegó a proponer a popular presentadora que participara ella misma como actriz. "Y le envié el guion pero tenía un contrato en exclusiva con Mediaset y no podía hacer nada fuera", cuenta.

Su intimista historia ha pasado ya por Sevilla y espera poder confirmar las citas internacionales que tiene en agenda. Y así mostrar a todo el mundo "otra visión de Benidorm que no es la que aparece en la mayoría, como la zona guiri o reírse de por qué va tanta gente a la playa. Quería un relato más personal de lo que es y lo que ha sido Benidorm".