Intentar encontrar la mejor forma de transmitir conocimientos es sin duda la gran vocación de los profesores de colegios e institutos. Mandar deberes, establecer exámenes y pruebas al uso, seguir el currículum educativo al pie de la letra: en esto consiste el día a día de muchos instructores. Sin embargo, ¿se está enseñando de forma correcta?
Precisamente esta cuestión pretende estudiar la neuroeducación, una disciplina que combina la neurociencia, que estudia el funcionamiento del cerebro, con la educación, con el fin de estudiar cómo funciona el cerebro para poder sacar el máximo provecho de sus capacidades a la hora de aprender.
A la ocasión de una ponencia en la Universidad de Alicante en el marco del curso de especialización "El Modelo de la Escuela Viva y Activa fundamentado desde la neuroeducación", la directora de la Cátedra de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona, Anna Forés ha recalcado la importancia de tener en cuenta el funcionamiento del cerebro a la hora de enseñar.
"Muchas cosas están fallando en el sistema educativo actual". La experta, una referencia en el sector de la neuroeducación a nivel nacional, destaca las carencias que tiene el modelo educativo en vigor. Unas lagunas que incluyen a la falta de reconocimiento a la función fundamental que tienen los maestros y a la poca importancia que se le da a la educación infantil: "los mejores docentes deberían estar en las escuelas infantiles y primarias", apunta la experta.
Factores a tener en cuenta
Saber cómo funciona el cerebro de los niños y adolescentes es, a ojos de la especialista, "funtamental" para poder enseñar. Un factor que no se toma suficientemente en cuenta en el sistema educativo actual y que debería solucionarse con "la formación a los profesores sobre el funcionamiento del cerebro de los niños". En este sentido, la experta resalta la importancia de dejar de ver a los más pequeños como poco inteligentes: "tenemos que concienciarnos sobre el hecho de que los niños saben mucho más de lo que pensamos".
Mejorar la forma en la que los docentes imparten conocimiento a los jóvenes pasaría también por alejarse del método clásico de memorizar y soltar todo en un examen, algo que, según la experta se puede mejorar gracias al empleo de otros métodos de enseñanza. Unas estrategias de aprendizaje que deberían de incluir, según destaca, "las emociones, los estímulos, las experiencias y los recuerdos".
Entre los factores a tener en cuenta para mejorar la calidad de enseñanza y la capacidad de aprender de los niños y adolescentes destaca también el más importante de todos: respetar el tiempo y la calidad de sueño. "Madrugar es algo antinatural en los niños y adolescentes, que necesitan completar su ciclo de sueño para poder tener una mayor capacidad de aprendizaje durante el día". En este sentido, Forés hace hincapié en algunos casos de éxito que se han llevado a cabo en algunos institutos, retrasando de una hora o más el inicio de las clases habituales.
A nivel político, también es importante que se trabaje en iniciativas que tomen en cuenta estos factores, una influencia política que pasaría, por ejemplo, por la "unificación". "Para poder trabajar en un sistema educativo duradero y eficaz, es importante que no se cambien las leyes educativas cada vez que cambia el partido que gobierna", denuncia la experta.
Por último, otro aspecto a tomar en cuenta a la hora de mejorar el sistema educativo sería el de la implicación de las familias en la educación. "La educación en casa es complementaria a la enseñanza en los centros educativos y viceversa, y los padres deberían mostrar más interés en la educación de sus hijos", sentencia la experta en neuroeducación.