Diana Morant, Amparo Navarro, José Antonio Rovira y Adofo Utor, antes del acto de apertura del curso en la UA.

Diana Morant, Amparo Navarro, José Antonio Rovira y Adofo Utor, antes del acto de apertura del curso en la UA.

Educación CRÓNICA

Las 172 razones de Amparo Navarro para presentarse a la reelección en la Universidad de Alicante

Se suceden los momentos tensos en el acto de apertura del curso 2024-25 en el campus de Sant Vicent del Raspeig por el grado de Medicina.

12 septiembre, 2024 17:09
Alicante

Razones jurídicas, políticas y personales se han entremezclado esta mañana en los tres principales discursos de la apertura del curso 2024-25 en la Universidad de Alicante (UA). Un acto institucional especialmente tenso por el anuncio hace un mes del allanamiento de la Generalitat Valenciana en el recurso judicial presentado por la Universidad Miguel Hernández (UMH) contra la concesión del grado de Medicina a la UA en tiempos en 2022.

En un ambiente de falsa cordialidad, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant (PSOE), ha sido recibida por varios de los principales alcaldes socialistas de la provincia como Fulgencio Cerdán (Villena), Rubén Alfaro (Elda), José Chulvi (Xàbia) o Isabel López (Xixona). Tocaba hacer política jugando en un campo amigo.

A las puertas del Paraninfo le esperaban la rectora, Amparo Navarro, el conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira (PP) y el presidente del Consejo Social, Adolfo Utor. Una calma tensa rodeaba el encuentro. Una calma que se ha sucedido hasta el inicio de las intervenciones.

Rovira, el primero en hablar, sabía que se iba a encontrar con un auditorio respetuoso pero hostil. Sin embargo, no se ha arredrado y ha afrontado el malestar de buena parte de la comunidad universitaria con su decisión de mostrarse neutral en el proceso judicial entre ambas universidades.

Los argumentos

Y lo ha hecho exponiendo las razones jurídicas aportadas por la Abogacía de la Generalitat Valenciana en sus informes, unas razones que obligan al gobierno autonómico a "actuar conforme a la ley" más allá de las preferencias personales de cada uno. Y es que el conseller es profesor titular de Economía Aplicada y Política Económica en este campus, aunque ahora se dedique a la gestión pública.

Tímidos aplausos han dado paso a la intervención de la ministra, que en vez de discurrir por el terreno de los procesos administrativos (que es lo que dirimirá en breve el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana), se ha adentrado en el terreno de la crítica política.

La también líder del socialismo valenciano ha insistido en la autonomía universitaria y a los derechos históricos de la UA para ofrecer Medicina en su catálogo de grados. Pero sobre todo ha insistido en que esta decisión fue tomada por el gobierno autonómico anterior, el de Ximo Puig, por lo que ha calificado de "irresponsabilidad" que el nuevo Consell de Carlos Mazón haya dado marcha atrás.

La ministra ha hablado de su familia de escasos recursos económicos y de progresismo, pero en ningún caso ha aportado ningún argumento en contra de las razones jurídicas que han implicado la decisión del Consell.

Sin embargo, la rectora, Amparo navarro, a la hora de cerrar el acto si se ha referido a esos argumentos hablando del espíritu de la Justicia: "Yo estudié que el Derecho debe servir al interés común, que no es un artificio para utilizar como arma arrojadiza contra el contrincante, lo demás es pura retórica jurídica", le ha espetado al conseller Rovira.

También ha hablado de "manotazo", de "humillación pública", de "derecho legítimo para el que no hay que pedir permiso más allá de las autoridades competentes". Era el preludio a una suerte de apertura extraoficial de la campaña a las elecciones para su reelección este mismo otoño.

ha llegado incluso a citar el paje bíblico del juicio de Salomón antes de afirmar: "Tengo 172 razones para presentarme a la reelección", en referencia a los 172 alumnos de primero y segundo de Medicina en la UA. Un final de discurso que ha hecho alzarse a los presentes en una ovación pública sin precedentes. Y es que el grado de Medicina sigue siendo la bandera del agravio que enarbolar treinta años después.