Pol Granch, el cantante que llegó al instituto de 'Élite' en la reválida, abre Brilla Torrevieja
El artista disfruta de la atención de la serie y sus canciones mientras reconoce la "mucha presión" por asimilar el éxito repentino que está viviendo.
31 julio, 2021 00:13Noticias relacionadas
"Yo soy un chaval que recibe las cosas y le cuesta digerirlas", asegura Pol Granch antes de subirse al escenario de las Eras de la Sal. El joven que abre este domingo el ciclo Brilla Torrevieja cuenta que frente al éxito que está disfrutando "estoy haciendo mi trabajo, sin distraerme y p'alante. Pero también con mucha presión porque es una cosa que me ha llegado de nuevas. Estoy intentando llevarlo de la mejor manera posible, haciendo mi musiquita. Y haciéndole sentir a la gente lo mejor que puedo".
Durante la pandemia, "con todas las medidas puestas", grabó el vídeo de su último sencillo, Lüky Charm. "Nunca había estado en Benidorm y fue súper guay", cuenta. De hecho, quedó impactado al ver el contraste del famoso skyline de sus rascacielos en la playa en una ciudad famosa por estar repleta de turistas y en ese momento vacía a causa del confinamiento del invierno. "Era súper chocante, la verdad".
El pop en el que se maneja con temas como este en el que recorre desde los nuevos espacios de la ciudad, como la reformada avenida Mediterráneo, hasta las zonas con espectáculos para adultos, le diferencia del omnipresente reguetón. "No es que quiera probar otras cosas, voy expresando lo que tengo, tío. Y me voy personalizando poquito a poquito, encontrando mi sonido".
Eso sí, puntualiza que eso no implica que no le interesen esos ritmos. "Algún día a lo mejor lo saco porque me encantan las movidas del reguetón. Si algún día me tira por ahí, le haré caso a la cabeza". Del mismo modo por ella pasan las fusiones que hacen Rosalía o C. Tangana o los trabajos de Arde Bogotá y Natalia Lacunza. Con esta última colabora en su tema En llamas. "Es de las mejores artistas de España, de las mejores compositoras y los temazos que hace lo dicen todo".
El concurso
Al igual que Lacunza salió de Operación Triunfo, Granch salió de otro concurso de talentos, Factor X. "Es una plataforma que te permite depositar tus sueños, pensar que los puedes hacer realidad y perseguirlos, los veo como una rampa para una cosa muy bonita", afirma.
Y aunque fue ganador de su edición, reconoce que "es también un arma de doble filo porque sales de ahí y tienes que crearte tus cositas para seguir adelante y consolidarte como artista. Por un lado mola porque te da la pista para despegar, pero, por otro, tienes que pisar con pies de plomo porque igual que llegan las cosas, se van".
El instituto
En su caso, de momento, la tendencia va al alza. Lanzó EP tras el concurso, luego álbum y, de ahí, de vuelta al instituto. Solo que a uno muy especial, el televisivo Las Encinas, para la cuarta temporada de Élite. Un gran cambio para un veinteañero que se define como "un chaval muy social, un tío de pueblo de toda la vida", al que, "de repente" pasa a "estar entre teles y cámaras", lo que "es muy guay y muy chocante, con muchas emociones. La vida es bella pero también es complicado tener de repente todo ese poder".
La entrada en la serie de Netflix también le hizo vivir lo que supone el análisis de tu pasado. "Es normal que se te echen encima", afirma. "Estamos en un país en el que hay envidias, la exaltación no se premia y si hay alguien que intenta hacer las cosas bien, se le pisa, no se le alza".
Aparte de eso, pasar la prueba de acceso a una de las series más vistas del mundo le hizo muy feliz. Así había conseguido cumplir lo que "con mi equipo siempre hablaba, ¿te imaginas ahí dentro?". Aquellas bromas que se hacían se cumplieron aunque no fuera a la primera. "Me llamaron para hacer un personaje pero no sé lo que pasó y seguí sacando cosas, con mi música y vídeoclips, y volvieron a contactar conmigo".
Fustigarse
Pasar el curso así y conseguir el alcance global de manera casi instántanea lo está viviendo "mejor de lo que pensaba porque soy un tío que se da mucha caña, me meto muchos latigazos". El "perfeccionismo y las ganas de hacerlo lo mejor posible" que se impuso durante el rodaje dio paso al "alivio porque pensaba que la gente se me tiraría encima porque me fustigo y pienso que lo hago todo mal".
Su labor ahora es compaginar los focos de los rodajes con los de los conciertos. "La gente que se quiera interesar por mí verá que voy a ser músico. Tampoco voy a hacer hincapié en eso porque ya tuve el miedo de que la gente no sepa discernir entre la persona y el personaje. Así que voy a hacer mi música".