El entrenador del Valencia CF, José Bordalás (Alicante, 1964), desvela en una entrevista que estar cerca del mar Mediterráneo le carga de energía, que le encanta el arroz, que no es de dormir siestas y que para él el paraíso es su ciudad natal.
¿Cómo es un día de vacaciones para José Bordalás?
Muy tranquilo. Levantarte, disfrutar del sol, del mar y dar un paseo por la playa. Darme un baño y, si se puede, estar con los amigos para compartir una buena comida y una sobremesa.
No parece nada extraordinario...
Es que lo normal para otras personas es para mí lo extraordinario. Después de todo el año viajando y con mucha tensión, lo que más echo de menos son las cosas más habituales.
¿Aprovecha estos días para ver películas o series?
No soy mucho de series, pero sí me gusta el cine. Las vacaciones pasan tan rápido que prefiero exprimirlas en otras cosas, como estar con la gente con la que no tienes tiempo de relacionarte durante todo el año.
Pero algún hobby tendrá, ¿no?
La música es algo que me gusta y que me acompaña siempre que puedo. Intento ponerla en casa, en el coche, en la playa…
¿Qué tipo de música es la que le gusta?
Me gusta todo tipo de música. Me puedo adaptar a cualquier estilo, incluso a los que ahora están más de moda entre los más jóvenes. Convivir en un vestuario con chicos jóvenes tiene eso, que al final te contagias de su vitalidad y su música.
¿Cuál es su rinconcito secreto del paraíso?
Pues después de, por suerte, viajar mucho y conocer otros lugares maravillosos, diría que es Alicante. Además, en la tierra en la que me he criado y en la que están mis raíces hay una luz y un color que se echan mucho de menos cuando no estás. Hace poco leí que era una de las ciudades con mayor calidad de vida, y la verdad es que no me sorprendió.
¿Qué es el Mediterráneo para usted?
Mi fuente de energía. Hay otros mares que tienen su encanto, pero como este no hay nada igual. Su agua me carga de energía.
La playa no es el mejor sitio, precisamente, para pasar inadvertido…
Bueno, intento ir a primera hora o a última de la tarde. También busco rincones tranquilos. Aprovecho para tomar un poco el sol y sobre todo nadar.
Otros años sí que ha viajado, ¿por qué ahora no?
Creo que ahora necesito más que nada tranquilidad y descanso. He tenido la suerte de conocer otros países, regiones y culturas, pero ahora me apetece algo más normal. Venimos de un año y medio complicado por culpa de la pandemia, que en el fútbol profesional se ha vivido con mucho estrés. Los viajes, aunque bonitos y enriquecedores, son cansados. Además, aún está ahí la amenaza de la pandemia, por lo que mejor estar en un entorno seguro.
¿Logra tener esa sensación tan extraña de aburrirse en vacaciones?
Qué va. Ojalá me diera tiempo a aburrirme. Siempre estoy ocupado en alguna cosa. Son tantas las que dejas pendientes que al final falta tiempo. Yo creo que el día que deje de entrenar tampoco me aburriré.
¿Ni siquiera se pega una siesta?
No tengo esa rutina. Nunca la he tenido. Puede ser que algún día, si estoy cansado, pero no es lo normal.
¿Consigue desconectar durante estos días del fútbol?
Intento 'apagar' en esos ratos en los estoy con amigos o con la familia, porque lo necesito, pero todo un día me resulta imposible. Es inevitable en algunos momentos en los que estás a solas que te venga a la mente cómo va la planificación, la plantilla o los asuntos que se quedan pendientes.
Se ha ganado la fama de cuidar mucho su aspecto físico, pero algún homenaje se dará en vacaciones, ¿no?
Intento siempre cuidarme, pero en vacaciones nadie está exento de algún exceso. Todos tenemos nuestros pequeños caprichos y a mí me encanta el arroz, como a casi todos los que somos de esta tierra.
Le voy a poner en un compromiso. Ahora que ya lo ha probado, ¿paella valenciana o arroz alicantino?
R: Sé que también hay rivalidad en eso, pero la verdad es que hay excelentes platos en todos los lados. Está en el ADN de esta tierra. Ya he comido en Valencia paellas espectaculares, pero es que en Alicante hay arroces formidables. Me quedo con toda la riqueza gastronómica de la Comunitat Valenciana.