A pesar de la presencia de clubes históricos que militan en el grupo V, como Hércules, Murcia o Toledo, y de nuevos ricos que asoman con fuerza, el líder de la competición en el grupo V de la RFEF está en La Nucía. A la entidad rojinegra, joven y ambiciosa, la reciente llegada de un grupo inversor estadounidense le ha dotado de confianza y músculo financiero para mirar el futuro con optimismo.
Al frente del proyecto deportivo se mantiene Kiko Lacasa (Gandía, 1978), quien en sus cinco años en el cargo ha logrado convertir un modesto equipo de Tercera División en un club modélico que siempre da pasos hacia adelante. El liderato, aunque prematuro, no se le sube a la cabeza al valenciano, consciente de que el baile acaba de empezar.
"No te voy a engañar. Desde arriba de la clasificación se ve todo muy bonito, pero esto acaba de empezar. Sabemos que si perdemos el domingo y ganan los demás podemos ser quintos. Ahora mismo es algo anecdótico, pero también merecido", reflexiona.
Tras dos años en Segunda B, en los que La Nucía le fue tomando el aire a la competición, Lacasa afirma que ha llegado el momento de dar un salto de calidad. "Quizás el año pasado ya estábamos para algo más, pero es que fue una temporada muy difícil por toda la situación sanitaria. Era una competición corta, se empezó mal, los parones…", rememora.
Los inversores
Este año, con algo más de poso, La Nucía no se marca techo. "Ha venido al club un nuevo inversor con ganas y fuerza. Somos un club pequeño, pero representamos a una localidad y una Ciudad Deportiva que es vanguardia del deporte, por lo que tenemos que mirar hacia arriba", asegura el valenciano, quien añade que el club, antes o después, "tiene que estar en una categoría superior".
El pasado mes de mayo, el grupo International Soccer Management desembarcó en La Nucía para tomar las riendas del club. Lacasa admite que, al principio, temió por su trabajo, aunque las dudas desaparecieron pronto. "Desde el primer día me transmitieron que cuentan conmigo y se han volcado en reforzar mi equipo de trabajo. La relación está siendo inmaculada, como también lo fue con los anteriores dirigentes", aclara.
"Con el que mantengo relación directa es con Hugo Salcedo, el director ejecutivo. Eligieron La Nucía para su proyecto por las instalaciones deportivas y su fútbol base. Vieron que el club tenía una gran capacidad de crecimiento", señala el valenciano, quien desvela que uno de los objetivos de los propietarios es que haya un continuo flujo de futbolistas en ambos sentidos entre Estados Unidos y La Nucía.
Presupuesto
Kiko Lacasa presume de haber confeccionado un equipo líder, de momento, sin haber despilfarrado el dinero. Asegura que La Nucía es "el sexto o séptimo equipo" con mayor inversión en su plantilla, si bien precisa que el factor económico para él nunca ha sido determinante. "Una cosa es tener mucho presupuesto y otra que te lo gastes todo. Lo importante es que lo que tengas lo inviertas bien y, sobre todo, competir siempre", asegura.
En este sentido, recuerda que la misión de un director deportivo es "hacer el mejor equipo posible en base al presupuesto que manejas". "Yo sé que hay otros que han gastado más, pero sigo pensando que el mío es el mejor y que puede competir con todos", añade Lacasa.
El carismático técnico también apunta al banquillo como clave del éxito de los últimos años. Su relación con César Ferrando es extraordinaria y trasciende de lo profesional. "Cuando le ofrecí venir aquí lo hice con un poco de vergüenza por ser él quién era y su trayectoria. Pensaba que se podía ofender", desvela.
La repercusión
"Yo lo veo como una especie de profesor. Nos hablamos muy claro, porque una cosa es lo personal y otra lo profesional. Él sabe cuál es mi trabajo y yo sé el suyo", afirma el valenciano, quien lamenta que el buen funcionamiento de La Nucía durante los últimos años no se vea acompañado de una mayor repercusión mediática.
"Es evidente que hay equipos en la provincia con más historia que nosotros y que representan a poblaciones mayores que La Nucía, pero creo que no se valora lo suficiente lo que estamos haciendo", dice Lacasa. "Estamos en un oasis para lo bueno y lo malo. Cuando va la cosa bien casi nadie nos da bola, pero si las cosas se ponen feas la verdad es que tampoco sentimos presión", sentencia.