Con la guerra en los talones. Zaid Hearst llegó la pasada semana al HLA Alicante como recambio de emergencia para Garel Simmons, una de las estrellas del equipo. El club alicantino sondeó el mercado en busca de la mejor alternativa y la encontró en Ucrania con Hearst, un jugador con experiencia en Europa que estaba loco por abandonar un país en el que ya se escuchaban desde hacía semanas los tambores de guerra rusos.
Hearst, según relata el club alicantino a través de su gabinete de comunicación, fichó el verano pasado por MBC Mykolaiv de la Primera División de Ucrania. Tras jugar en España, Lituania, Francia o Hungría, el americano, aunque con pasaporte nigeriano, llegó a una pequeña ciudad situada en el sur del país, a escasos 60 kilómetros del mar Negro, para continuar desarrollando su carrera profesional en Europa.
Tras 12 partidos disputados con el equipo, Hearst lideraba la faceta anotadora con 15,5 puntos por encuentro y era uno de los máximos anotadores del campeonato. La temporada era aparentemente normal hasta que hace unas semanas comenzó a asomar el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que provocó la paralización del país.
Hearst pasó de ser un jugador de baloncesto a un civil atrapado en una zona bélica, por lo que hizo todo lo posible para abandonar el país. El HLA Alicante, por suerte para el escolta, apareció para rescatar a Zaid Hearst antes de que estallara definitivamente la invasión rusa en Ucrania.
El mismo día en el que entraron los tanques rusos
“Estaba jugando en una liga competitiva y tenía un buen equipo. Desgraciadamente, la guerra explotó y tuve que dejar el país", lamenta Hearst, quien abandonó Ucrania el pasado 28 de febrero. Ese mismo día, tanques rusos tomaron Mykolaiv. Las autoridades de la ciudad pidieron a los ciudadanos que se escondieran en sótanos ya que Rusia iba a bombardear la ciudad. Mientras la situación en Mykolaiv se complicaba, Hearst estaba en un avión dirección a Alicante.
“Esta situación es una locura. Afortunadamente, pude salir antes de que empezara la guerra”, añade el americano. Quienes no tuvieron tanta suerte como Hearst, según relata el propio jugador, fueron algunos de sus compañeros, que aún siguen en Ucrania.
“Sigo manteniendo contacto y hablando con ellos. Me mantienen informado de lo que está pasando. Algunos dejaron el país, pero muchos se mantienen allí. Hablamos todos los días por el grupo de Whatsapp del equipo. Trato de asegurarme de que estén bien. Es una situación dura, pero afortunadamente, por el momento, todos están bien” ha añadido el jugador nigeriano.
“La gente de Ucrania es muy fuerte”, sentencia el jugador, quien confiesa que le han bastado solo unos meses en Ucrania para sentirse implicado con su pueblo.
Precisamente, este próximo domingo, en el partido ante Palmer Alma Mediterránea Palma, el HLA Alicante recogerá material sanitario, ropa y alimentos no perecederos para enviar a Ucrania. “Todas las cosas que pueda traer la gente como ropa o cualquier otro material será genial para darle nuestro apoyo y ayuda a la gente de Ucrania”, sentenció.