Ya han pasado tres días desde que el EÓN Horneo Alicante despertó en Santander del sueño del ascenso a la Asobal. Tras unas primeras horas de duelo por no conseguir el objetivo, el aparato del club ya se ha puesto en marcha para planificar el próximo ejercicio, en el que el equipo alicantino volverá a buscar sin camuflajes ni disimulo el ascenso a la Asobal.
El director general de la entidad, Jaime Cremades Ñago, no oculta su "pena" por no lograr el ascenso. No cree que el hecho de que el equipo se autoimpusiera desde el primer día el cartel de máximo favorito haya podido jugar en su contra. Más bien achaca la decepción deportiva a un cúmulo de factores que sumados llenaron el camino al ascenso de baches. "Influye la suerte, cómo se conjunte la plantilla… Fue un año complicado, con sanciones, intoxicaciones, enfermedades, cambio de entrenador…", reflexiona.
Ñago prefiere quedarse de la temporada con un triunfo de valor sentimental, como haber devuelto la ilusión por el balonmano 30 años después a la ciudad de Alicante. "Hemos conseguido que no cupiera un alfiler en el pabellón en el último partido de la segunda fase y en la promoción. Hemos plantado a nivel social la semilla para que el proyecto siga adelante", afirma el dirigente, quien formó parte en su juventud del Calpisa que dominó España a finales de los 70.
Además, el director deportivo también presume de un hecho sin precedentes, ya que el EÓN Horneo ha logrado unir a todas las familias del balonmano alicantino, algo imposible en las últimas décadas. "Ya dijimos que queríamos sumar a todo el mundo. No solo a los colegios como Maristas, Jesuitas o Agustinos, sino también a la provincia. Queremos ser un club que sume a todo el mundo y que no reste a nadie", argumenta con pasión Ñago.
Deseos de vivir el balonmano
Lo vivido esta temporada deja varias lecciones en el EÓN Horneo, un club joven, debe aprender. "Igual nos confiamos al inicio de la temporada y esta categoría, que es muy bonita, es complicada y mucho más igualada de lo que parece. Hay mucho jugador joven con hambre y deseos de vivir del balonmano", destaca el director general, quien avanza que el próximo proyecto, aún en fase de construcción, buscará "dar un salto más de calidad" para conseguir el ascenso.
"Vamos a reforzar al equipo, pero también pretendemos seguir creciendo a nivel social y deportivo", insiste Ñago, quien justifica la elección de Luis Parro como capitán del nuevo proyecto. "Llegó a mitad de temporada y es una persona con carácter y personalidad que, además, entra bien en los grupos. Le dimos una oportunidad y la ha aprovechado. Con él la dinámica ha sido buena y, como dice mi padre, lo que está bien no hay por qué cambiarlo", argumenta.
"Parro y su cuerpo técnico van a tener ahora una nueva oportunidad de llevar la batuta con un equipo competitivo", afirma Ñago, quien no oculta que ya mira de reojo a la próxima competición, en la que Nava, recién descendido, será uno de los rivales a superar.
"Cualquier equipo que baja de Asobal es favorito, pero luego hay que demostrarlo. Hay que fichar bien y luego conjuntar a los jugadores. No es tan fácil. Nava, como nosotros y el resto de los candidatos, tendrá que demostrar el potencial en la pista", ha concluido.