Alicante

Con tan solo 21 años, Carlos Alcaraz ha tocado el cielo de París y completado tres de los cuatro torneos más prestigiosos: Roland Garros, US Open y Wimbledon, con sus tres 'Ces' como filosofía: cabeza, corazón y cojones. El secreto tras su éxito se encuentra en una pequeña cabaña de madera de Alicante.

El tenista más joven de la historia en ganar tres Grand Slam y dominar tierra batida, pista dura y césped es ya una leyenda de la raqueta. Junto a Nadal, competirá de nuevo en París, donde se proclamó campeón el pasado 9 de junio en una batalla titánica ante el alemán Zverev, en los Juegos Olímpicos para intentar colgarse un metal y ampliar su palmarés.

Pero su éxito no ha sido fruto de la casualidad ni gracias a un físico privilegiado; se ha trabajado desde que era un niño y jugaba en El Palmar (Murcia) hasta la actualidad, entrenando al máximo nivel de rendimiento.

Las condiciones que han fabricado al campeón murciano están en Alicante, en la academia Equelite, fundada por Juan Carlos Ferrero, que se publicita como "una de las mejores del mundo" y que se encuentra a cinco minutos en coche del municipio de Villena, cerca de la frontera de la provincia de Alicante.

Es una finca de 120.000 metros cuadrados con diez pistas de tierra batida, siete hard court, una cubierta, una pista de hierba, tres de pádel indoor y dos outdoor. También tiene dos piscinas, un circuito de running de 400 metros, un campo de fútbol 7 y gimnasio.

En este paraíso para la práctica del tenis es donde se ha formado y reside 'Carlitos' desde 2018. El espacio alicantino le ha permitido llevar su juego al siguiente nivel en un entorno privilegiado en el que el fin es la excelencia.

Los millones que ha acumulado en los últimos años no han cambiado su rutina. El número 2 de la ATP vive desde que salió con 15 años de la casa de sus padres en El Palmar en una cabaña de madera dentro del propio recinto.

En el comienzo de su camino por alcanzar la cima pasaba sus días en una pequeña cabaña de 25 metros cuadrados dentro de la escuela, donde descansaba cuando no estaba entrenando o estudiando. Estaba formada por una amplia habitación con un baño completo y un porche con vistas a un jardín. Eso sí, contaba con comodidades como televisión, Wi-Fi y aire acondicionado.

A medida que fue creciendo y su juego evolucionaba, se mudó a otra cabaña de mayor tamaño. La nueva casa de Alcaraz era de 90 metros cuadrados, y por ella pasaron otros destacados tenistas españoles como Nicolás Almagro, Guillermo García-López o el propio Juan Carlos Ferrero, su entrenador, cuando se coronó en Roland Garros en 2003.

Casa de madera. Equelite

La cabaña cuenta con todas las facilidades para que solo tenga que preocuparse por el deporte. Está a media hora de la playa y está diseñada con estilo rústico, con porche, comedor exterior, aparcamiento y piscina. Dentro dispone de un pequeño salón con televisión, zona de despacho con Wi-Fi, servicio y habitación para descansar después de los entrenamientos.

El microcosmos que ofrece Equelite hace que el murciano no tenga la necesidad de buscar otra residencia y pueda estar concentrado en cumplir más sueños después del conseguido en la Pista Philippe-Chatrier.

Entrenar en Equelite

En Equelite existen varios programas intensivos que contemplan entre 33-38 horas semanales tanto de tenis como de preparación física y psicológica. En la academia se entrena todos los días menos los domingos y sábados por la tarde.

El propio Ferrero vive en la finca y "supervisa los entrenamientos y calendario, y se mete en pista para ayudar a nuestros jugadores a alcanzar sus objetivos", afirman desde la academia.

La entidad destaca asimismo el "ambiente familiar que nos caracteriza desde hace 25 años". "Nos sentimos orgullosos de presentar la academia como una gran familia en la que trabajadores y jugadores conviven y aprenden juntos", añaden.

Terrenos de la academia Equelite, en imagen de archivo.

Este programa de entrenamiento se denomina Competición Anual, incluye seguro para el deportista, alojamiento, entrenamiento a todos los niveles y test físicos. También cuenta con pensión completa de cinco comidas diarias, con "menús elaborados por expertos, con el apoyo de preparadores físicos y nutricionistas", según explica la academia en su web.

El precio por este servicio de entrenamiento es de 56.700 euros anuales (4.725 al mes). Además de los programas de formación para deportistas, la academia Equelite cuenta con un hotel rural, residencias para jugadores y un centro de estudios, además de cafetería propia, sauna, restaurante, tienda deportiva, fisioterapia y lugares de encuentro para los residentes.