Liliana Fernández (Benidorm, 1987) ha hecho historia al conseguir un billete para los Juegos Olímpicos de París, los cuartos que disputará en su exitosa carrera. Este hito no solo la convierte en la jugadora de vóley playa que más veces ha llegado a las Olimpiadas, sino que también la sitúa en la cima del deporte alicantino al igualar en número a la mítica yudoca Isabel Fernández.
La jugadora de la UCAM atiende a EL ESPAÑOL de Alicante a falta de un mes y medio para que se encienda la antorcha que de inicio a la competición deportiva más importante del mundo. Fue el pasado 5 de junio cuando recibió la noticia de que, junto su compañera, la oriolana Paula Soria, había logrado la clasificación.
"En el momento no lo asimilé porque estábamos a punto de entrar a un partido. Fueron diez segundos de alegría y felicidad y enseguida concentración. Pero después del partido hubo mucha alegría", recuerda.
A pesar de que la pareja alicantina cayó de forma prematura en la fase previa de la prueba Élite 16 de Ostrava (República Checa), la derrota de las canadienses, sus máximas rivales por la última plaza para el torneo, les abrió las puertas de París.
Entraron como la pareja 18 de las 18 posibles tras pasar por "muchísima tensión". "El torneo anterior en Polonia era el realmente importante y decisivo porque la pareja canadiense estaba por delante en el ranquin a 60 puntos. Necesitábamos quedar un puesto por delante de ellas. Lo que pasó fue que pasaron la previa y nos sumaron 40 puntos más, eso nos obligaba a meternos en cuartos de final o en semifinales", explica la jugadora.
Un bronce, sumado a la eliminación de sus rivales directas, hizo que las aventajaran en 140 puntos. No pudieron celebrarlo hasta que vieron que nadie les podía quitar el puesto una semana después. Liliana señala que, "al estar en todo momento fuera del ranquin, se compite diferente. Jugó a nuestro favor porque no teníamos nada que perder, solo podíamos ganar".
Los que serán sus últimos Juegos a sus 37 años tienen un sabor especial y único para la deportista de Benidorm por ser "muy trabajados". El camino ha estado lleno de obstáculos y dificultades que ha ido sorteando uno a uno en su recorrido hasta la capital francesa.
El factor más diferencial respecto a los otros tres campeonatos ha sido su cambio de pareja. Con el retiro de Elsa Baquerizo, con la que compartió arena durante 14 años, tuvo que engrasar su juego con Paula, que disputará sus primeros Juegos, como nueva pareja en tan solo un año y medio.
"Nos conocíamos de antes y eso ha facilitado que nos hayamos podido adaptar más rápido. No había miedo de decirnos las cosas, hemos sido muy claras desde el principio y ella se ha adaptado rápido a la filosofía del equipo", incica la deportista, quien reside en Tenerife desde el 2005.
La idea de juego de su entrenador, Sebastián Menegozzo, se basa en "pensar que cada punto es como un pequeño partido e intentar olvidar el punto anterior, seguir con la cabeza alta con una sonrisa y divertirse", comenta Liliana.
Sus mayores complicaciones se han dado fuera de lo deportivo. Un parón por su segunda maternidad y el fallecimiento de su madre al mes de dar a luz afectaron a la jugadora, quien afirma que, "a nivel emocional, era una montaña rusa, igual estaba muy bien que estaba muy mal. El duelo lo llevé mal, ha sido una clasificación muy dura y muy sufrida, pero ha merecido mucho la pena. Me alegro de haberlo logrado porque siento que mi madre me ha ayudado a conseguirlo".
En sus tres anteriores Juegos no consiguió pasar de la novena posición y, aunque será una despedida por todo lo alto, irá a dar el máximo. "Quiero disfrutarlos, pero ni muchísimo menos voy a ir de paseo, voy a ir a darlo todo, a competir y a rendir lo mejor posible. Va a ser difícil ganar partidos porque estamos las 24 mejores, así que hay que pelear e ir a por todas", asegura la leyenda del vóley playa.
Durante la entrevista, la benidormense se enteró de que se había convertido en un mito para el deporte de la provincia al acumular sus cuartos JJ. OO., igualando a Isabel Fernández, oro en 2000 y bronce en 1996. "No tenía ni idea, espero de verdad que pueda motivar a otras niñas, no solo para vóley playa, sino que vean que ser deportista, formar una familia y estudiar es posible. Es importante que tengan referentes, ojalá sirva para futuras generaciones".
La magia de unos JJ. OO.
París tiene un peso mayor teniendo en cuenta que la última cita en Tokio estuvo marcada por la pandemia y las medidas sanitarias que descafeinaron el evento. "Me daba mucha pena retirarme con esa sensación de vacío", expresa la deportista, quien destaca que el "espíritu olímpico" es real.
Sus favoritos fueron los de Londres 2012 por ser los primeros y donde más sintió esa sensación única. "Son especiales por descubrir la Villa Olímpica y sentir cómo te invade la emoción de ver a toda la gente feliz por estar cumpliendo sus sueños", añade.
Liliana reconoce que hay dos clases de deportistas: los que son famosos y los que son olímpicos. La benidormense sostiene que "no se puede comparar el nivel mediático de gente como Kobe Bryant, con el que me hice una foto, con Liliana Fernández".
"Poder ver y tener delante a un ídolo que lo ves por la televisión y al que admiras por ser un deportista ejemplar hace que sean muchas emociones juntas que se unen a la convivencia en la villa, compartir el gimnasio con otros deportistas, el comedor o las instalaciones", concluye.