El Elche ha encontrado un tesoro en Lucas Boyé (San Gregorio –Argentina-, 1996) y el jugador un oasis en Elche, donde por fin ha podido desplegar todo el fútbol que desde hace años se intuía que llevaba dentro. Solo era necesario apostar por él, darle partidos y crear un ecosistema apropiado para que el atacante se haya convertido en uno de los protagonistas de la competición. Nadie llorará a Darío Pipa Benedetto mientras Lucas Boyé siga tirando del carro.
Su exhibición en el Santiago Bernabéu este pasado domingo (2-2), donde anotó un gol, dio una asistencia y llevó en jaque a los centrales blancos, confirmó su explosión. Media Liga mira con curiosidad al argentino y otra media con envidia al Elche. De hecho, al argentino ya se le vincula con equipos como el Barcelona, que anda a la desesperada por encontrar una referencia ofensiva.
El mérito, en esta ocasión, es del propietario del club, Christian Bragarnik, que apostó por él para el proyecto recién llegado a Primera cuando el delantero venía de estrellarse en varias ligas europeas. No lució en el Torino, ni en Inglaterra, ni en Grecia ni el Vigo, donde apenas se le recuerda tras su paso fugaz.
El empresario argentino se dio cuenta del potencial del atacante y el pasado año adquirió sus derechos en propiedad para el Elche, fijando una cláusula de rescisión de su contrato de 25 millones de euros. Nada exagerada para lo que se está viendo hoy en día.
Cada vez mejor
El pasado curso, Lucas Boyé alcanzó un rendimiento notable al anotar siete goles en Primera División en los 34 partidos que disputó. Pero esta temporada su influencia es aún mayor, pese a jugar menos. Ya suma esos mismos goles, pero en la mitad de partidos (17), ya que se ha perdido varios por lesión y covid.
Boyé ha marcado ante el Mallorca (2), Espanyol, Real Madrid, Rayo Vallecano, Valencia y Villarreal y sus tantos le han permitido sumar al equipo cinco puntos. "No habla mucho, pero hace grupo", afirman desde la entidad los que le conocen.
Tampoco es de presumir demasiado, aunque admite estar satisfecho con su rendimiento. "Uno juega de delantero y el objetivo siempre es marcar. Ojalá vengan muchos más goles", señala este domingo tras un empate en Madrid que dejó un sabor agridulce por la oportunidad que se dejó escapar.
"Antes del inicio todos lo hubiéramos firmado, pero por la forma en la que se dio nos vamos con sabor amargo. Pero es un puntazo y en las próximas semanas lo valoraremos más", añade el delantero, quien también elogió la capacidad del Elche para sobreponerse al cansancio de la Copa, a las lesiones y a las bajas por enfermedad. "Habla bien del grupo y de lo comprometidos que estamos. Estamos enfocados al mismo objetivo y trabajamos en la misma línea", concluye.