Elche

El Elche ha alcanzado el parón de la competición con una renta de seis puntos sobre el descenso a falta de nueve partidos para la conclusión del campeonato. Una distancia que habría firmado con sangre cualquier seguidor franjiverde durante el pasado agosto.

Sin embargo, no hay la menor confianza en el entorno del Elche, club que ha vivido en sus carnes desplomes inimaginables, como el que provocó su descenso a Segunda B hace solo cinco años, y carambolas cósmicas, como la que le llevó a Primera y, posteriormente, a lograr la permanencia el pasado curso.

La media de las últimas temporadas señala que con dos victorias más puede ser suficiente, pero conviene no fiarse. El Elche, que ahora tiene 32 puntos, no cruzó la barrera de los 30 hasta la penúltima jornada de la pasada campaña, por ejemplo, y acabó logrando el objetivo. Pero no siempre la permanencia va a resultar tan asequible.

La renta de puntos sobre el descenso que mantiene el Elche es muy superior a la que tenía a estas mismas alturas del curso en las tres últimas temporadas en las que compitió en Primera y acabó logrando la permanencia deportiva. El pasado curso la ventaja era de dos puntos, uno menos que en la temporada 2014-15 y los mismos que en la 2013-14.

Asegurar la salvación

Las cábalas ilicitanas, a dos meses justos para el final, pasan por asegurar cuanto antes la salvación y así ahorrarse un sofocón en las últimas jornadas, en las que esperan adversarios metidos en todas las peleas de la competición. Hay rivales directos, equipos en tierra de nadie y otros que buscarán el billete a Europa.

Las opciones matemáticas son infinitas, porque a nueve partidos del final y con tantos puntos en juego el partido más accesible puede convertirse en decisivo y el que se intuía como un trámite mutar en final.

Los rivales

Lo ideal sería llegar a los enfrentamientos directos con los deberes hechos, pero para eso el equipo franjiverde, que este martes retoma ya la actividad para preparar su próximo partido en San Mamés, debería sumar en Bilbao (3 de abril) ante un Athletic aún en depresión por su eliminación en la Copa del Rey. Y posteriormente ganar en casa a la Real Sociedad (10 abril), que aún sueña con alcanzar la zona Champions.

Una semana después de la visita de los donostiarras llegará posiblemente el primer match ball para el Elche ante el Mallorca, equipo que marca la zona de descenso, en el Martínez Valero. Si el Elche es capaz de ganar ese partido habrá dado un gran paso, ya que además de los puntos está en juego el coeficiente particular tras el empate en Palma en la primera vuelta (2-2).

Tres días después visita al Real Betis, que afrontará su partido con ojo y medio puesto en la gran final de la Copa del Rey que disputará tres días después en Sevilla ante el Valencia. Tras este partido llegará Osasuna, un equipo que ya tiene los deberes hechos, al Martínez Valero justo antes de la batalla ante el Cádiz, otro de los implicados en la lucha por la salvación cuya trayectoria es ascendente. No perder en el Nuevo Miravilla sería otro paso casi definitivo.

La visita del Atlético de Madrid, al que se le supone en plena lucha por la Champions, el desplazamiento a Vigo ante un Celta con los deberes hechos y el duelo en el Martínez Valero ante el Getafe, también en la pelea por salir del peligro, pondrán el colofón a la temporada.

Las cuentas franjiverdes pasan por llegar a esta última trilogía de partidos con los deberes hechos, pero para eso aún hay que remar fuerte en las próximas semanas.

El grupo de Francisco, cuya gran ventaja es que no depende de nadie para alcanzar la salvación, ha demostrado que puede competir en todos los escenarios y ante todos los rivales. Por eso, pese a ver reducida en tres puntos su ventaja en las últimas jornadas, mantiene el crédito intacto. El sueño y la esperanza de la afición franjiverde es que el 22 de mayo el Martínez Valero sea una fiesta de celebración y no un potro de tortura.

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