Alicante

El Hércules se ha cansado de poner la otra mejilla y ha decidido pasar a la acción o, por lo menos, alzar la voz ante la sospecha de que estaba siendo objeto de una emboscada por parte de varios de sus rivales en la lucha por la Liga Pro.

Los aplazamientos de los partidos ante Llagostera y Lleida por casos positivos en sus respectivas plantillas dibujaron un calendario diabólico para el Hércules, que en apenas dos semanas se veía obligado a disputar cuatro partidos.

También se ha cansado la entidad blanquiazul, que habla por voz de su director deportivo, Carmelo del Pozo, de clamar en el desierto un mayor aforo para el Rico Pérez, que pese a su enorme capacidad y ser un espacio abierto solo puede contar con el doble de espectadores, por ejemplo, de los que estuvieron presentes el pasado fin de semana en el Centro de Tecnificación en el torneo de pádel.

Petición

Para remediar la encerrona del calendario, el club, que sospecha de la poca deportividad de alguno de los implicados, ha presentado ante la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) una petición para que se adelante su partido ante el Llagostera.

Este último previsto para el miércoles 5 de mayo, a este domingo o lunes y que, además, retrase la última jornada de la segunda fase al 28 del mismo mes en base a un principio de “igualdad de la competición para todos los equipos”, según ha argumentado Del Pozo.

Entiende el técnico que si los aplazamientos de los rivales han llegado por una cuestión de priorizar la “salud”, el mismo argumento también se puede aplicar a favor de los jugadores del Hércules, que tras 17 días sin competir no pueden afrontar en buenas condiciones cuatro partidos en apenas 11 días. “Se ha enviado un informe médico en el que señala que hay un riesgo médico importante para los jugadores”, apunta Del Pozo.

“Si ha habido capacidad para aplazar un partido a 48 horas vista (Hércules-Lleida) también se puede cambiar la fecha de miércoles a domingo o lunes”, dice el segoviano, quien añade que “situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales”.

Esta petición se complementa con la de disputar la última jornada el 29-30 de mayo en lugar del 22 -23 para crear “una ventana sin jornada destinada a recuperar los partidos aplazados por covid”, tal y como se hizo durante el primer tercio del campeonato en otros grupos.

“Son dos peticiones bastante coherentes que si se aceptan permitirán al Hércules competir en una situación similar a las del resto de los equipos”, razona el director deportivo, quien reconoce que hay mucho en juego “por lo que cada uno juega sus armas”.

Como el Badalona, que ante el maratón que se le avecinaba al Hércules decidió echar más leña al fuego y programar su partido para el sábado, cuando siempre juega domingo. “Es algo curioso”, se limita a señalar Del Pozo.

Apoyo en el estadio

El director deportivo también aprovechó para lanzar un mensaje a las autoridades sanitarias apenas unas horas después de la enésima negativa a la solicitud del club de ampliar el aforo del Rico Pérez al 11% de su aforo.

El segoviano asume que la salud es lo primero, pero recuerda que la incidencia de contagio en Alicante es una de las más bajas de Europa. Además, muestra su sorpresa al comprobar que otras zonas de España y otros acontecimientos deportivos o culturales si autorizan una mayor asistencia pese a celebrarse en espacios menos saludables.

“No somos exagerados en la petición de un 11% del aforo, sino coherentes. No pedimos 7.000 o 9.000 espectadores. Ni la mitad del aforo, como sucede en los conciertos. No es normal que entren mil en el Rico Pérez, con capacidad para 30.000 espectadores, y en otros estadios, con 4.000 localidades, también entren mil”, argumenta el castellano.

El director deportivo agradece el apoyo al Hércules por parte de la Federación de la Comunidad Valenciana y de su presidente, Salvador Gomar, y lanza un aviso a la clase política ante el futuro inmediato del club.

“Estamos a nada del centenario. Cuando lleguen los actos oficiales, dentro de unos meses van a querer estar”, afirma Del Pozo, quien reitera la trascendencia del momento actual para el club y la ciudad.

“Si ascendemos a la Liga Pro vendrán a Alicante equipos y aficiones como las del Deportivo de La Coruña, Numancia, Burgos, Leonesa o filiales importantes, como el del Sevilla, Betis o Madrid”, argumenta el técnico, quien recuerda el papel del fútbol como elemento reactivador del turismo y de la economía.

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