Acaba de arrancar noviembre y el estado anímico del aficionado herculano ya está por los suelos. Sobre todo tras otro partido en el Rico Pérez, donde un año más se ha abierto la barra libre para los equipos visitantes. Las viejas letanías que se repiten semana a semana y temporada a temporada sobre la necesidad de hacerse fuertes en casa para lograr objetivos ambiciosos cada vez tienen menos credibilidad en la orilla herculana.
El equipo de Sergio Mora, en su primera experiencia en la Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español, suma unos números espantosos como local en las primeras cinco jornadas del campeonato. El proyecto herculano, quién lo podía sospechar, se desangra en el mejor escenario del grupo, mientras que en campos de barro y sintéticos se maneja a las mil maravillas.
El Hércules solo ha sumado seis puntos en cinco partidos, dejando escapar ya nueve. Por el camino, el grupo alicantino ha dejado actuaciones sonrojantes, como ante el modestísimo Socuéllamos (0-0), Atlético Levante (0-3) y La Nucía (0-0), al que ni siquiera pudo intimidar a pesar de jugar durante 83 minutos con un jugador más.
Y además, la única alegría como anfitrión llegó de aquella manera, con un gol en el descuento de Elliot al Mar Menor (2-1). Tampoco en el inicio del curso, cuando se renuevan las promesas y se exorcizan los viejos demonios, el Hércules cumplió al firmar un empate ante el Recreativo Granada (1-1).
Igual pero peor
Y eso que el vestuario tenía la letanía aprendida desde el primer día. "Cualquier objetivo ambicioso pasa por ser fuertes en casa" o "hay que hacer del Rico Pérez un fortín" son consignas repetidas cada semana que pierden efecto una vez comienza a rodar el balón en el Rico Pérez.
Los actuales registros en el Rico Pérez son tan negativos que solo tienen comparación posible, desde la caída del fútbol profesional, con los de hace dos temporadas (2019-20). Ese año, el Hércules tuvo un inicio de campeonato desolador del que ya no supo reponerse y posiblemente la pandemia evitó un nuevo descalabro histórico con el descenso a Tercera.
En los cinco primeros partidos fue capaz de sumar seis puntos, los mismos que ahora, aunque ganó dos partidos, uno más que en el presente ejercicio, ante Barcelona B (4-1) y Ebro (3-0), pese a perder los otros tres ante Villarreal B (1-2), Sabadell (0-2) y Orihuela (1-3).
Los números del equipo de Sergio Mora palidecen ante cualquier comparación posible. Incluso proyectos irregulares, como el de Luis García Tevenet, o el de Pacheta, cuyo equipo tardó en arrancar, mejoran los guarismos del Hércules actual, que no termina de pillarle la postura ni a la nueva categoría ni a su viejo estadio.