Luis Castillo, en el programa 'El escenario' de Alacantí TV.

Luis Castillo, en el programa 'El escenario' de Alacantí TV. Alacantí TV

Hércules CF

Luis Castillo se lo piensa y pide garantías e independencia a Ortiz para ser presidente

El empresario hotelero quiere rodearse de un equipo de su máxima confianza y tener acuerdos firmados y el propietario desea mantener la actual estructura.

11 mayo, 2023 11:50
Alicante

El empresario alicantino Luis Castillo, presidente de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante y exmáximo dirigente del expresidente del Lucentum, no asumirá la presidencia del Hércules, tal y como anunció el club la pasada semana, si no obtiene garantías firmadas de su independencia en la gestión por parte de propietario de la entidad, Enrique Ortiz, y puede rodearse de un equipo de dirección de su confianza.

Castillo tenía que haber tomado posesión de su cargo este pasado miércoles e, incluso, tenía planeado viajar con el equipo este domingo a Ibiza como primer acto oficial institucional, pero todo se ha torcido en los últimos días. El empresario hotelero es consciente de que su nombramiento no ha caído bien en la afición y si da el paso quiere que sea con las máximas garantías e independencia, algo que Ortiz no está dispuesto a negociar, más allá de lo que afirmó el comunicado del club la pasada semana.

Asesorado por su entorno, Castillo quiere acuerdos firmados, ya que la sombra de lo que sucedió hace una década con otro empresario alicantino, Perfecto Palacio, es alargada. En aquella ocasión, y tras el descenso a Segunda División, Ortiz entregó la gestión del club a Palacio, quien se rodeó de un director deportivo de su confianza y cambió y modernizó en un tiempo récord la imagen del club.

[Aficionados del Hércules rechazan a Luis Castillo y desean ver fuera del club a Enrique Ortiz]

Con el equipo líder y la afición entregada, los problemas llegaron al reclamar Palacio la firma como consejero delegado para el día a día del club, algo a lo que Enrique Ortiz se negó. Palacio y casi todos sus compañeros de viaje se vieron obligados a dimitir a las pocas semanas de haber arrancado el proyecto. Para Ortiz y su entorno fue imposible digerir que alguien externo pudiera llevar el timón del club y excluirlos de las decisiones del día a día mientras cuando eran ellos los que “pagaban la fiesta”.

Castillo asume un desgaste importante a nivel de imagen si acepta presidir el Hércules, que vive su peor etapa deportiva y social de su centenaria historia, pero lo quiere hacer a su manera y con su gente. Uno de sus principales apoyos será Fernando Ovidio, ex director general del Alicante y del Deportivo Alcoyano.

Ovidio, que abandonó El Collao esta misma temporada tras la llegada al club de Juan Carlos Ramírez, también conoce a la perfección la forma de actuar de Ortiz y aunque su relación con Carlos Parodi, todavía presidente del Hércules, es extraordinaria, considera innegociable que el traspaso de poderes quede claro y por escrito para evitar desencuentros futuros.

Comisión deportiva

Otro de los aspectos que le chirrió a Castillo es que, a pesar de que en el comunicado se afirmó que disfrutaría de "autonomía en todos los niveles de decisión", Ortiz ya había diseñado de forma unilateral la comisión deportiva que decidirá sobre el entrenador y confeccionará la próxima plantilla.

Además de Paco Peña, actual secretario técnico, el empresario quiere sumar a esta comisión a Dani Barroso, director de la cantera herculana, y a Javier Subirats, exdirector deportivo del Hércules en dos etapas y que está afincado en Alicante. Tampoco se descarta la presencia de más "asesores externos" en la parcela deportiva, algo que ha sido habitual en los últimos tiempos en el club alicantino.

En las próximas horas se producirá una nueva cumbre entre Ortiz y Castillo para definir de forma definitiva si el proyecto conjunto sigue hacia adelante o, por el contrario, descarrila. Pase lo que pase, el primer movimiento para reconstruir el Hércules y encaminarlo hacia el futuro tras una temporada desastrosa no transmite precisamente ilusión en la afición herculana, que rechaza de forma mayoritaria cualquier solución que llegue de la mano de Ortiz.