Alicante

Fin a 13 años en el laberinto. El Hércules, con mucho sufrimiento, pudo por fin celebrar una alegría en su estadio tras un partido tenso que decidieron los goles de Josema y Coscia. El Lleida no lo puso fácil y apretó hasta el final, pero el Hércules de Torrecilla logró girar la historia y acabar con una pesadilla eterna.

Atrás quedaron descensos, promociones fallidas y depender de los demás. El pitido final desencadenó la mayor explosión de júbilo del Rico Pérez en sus 50 años de historia con una gran invasión de campo.

El Hércules, consciente de que no podía esperar noticias positivas del campo del Europa, se tomó con paciencia en el inicio del partido. No hubo avalancha inicial, el parte por las numerosas interrupciones que sufrió el encuentro.

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Los nervios iniciales saltaron por los aires justo antes de la pausa de hidratación, cuando Josema, de cabeza, remató el balón a la red tras un saque de esquina. El gol desató el delirio en las gradas y en el banquillo herculano y obligó al Lleida a dar un paso adelante.

El conjunto catalán se adueñó del balón y se instaló en territorio herculano, aunque la primera línea defensiva, formada por Mangada y Roger, se bastó para cortocircuitar el juego del rival.

Justo antes del descanso, el Hércules pudo asestar en una doble oportunidad de Coscia y De la Nava un nuevo golpe, pero el meta Iñaki Álvaro lo evitó. También Ketu, con un disparo de rosca, acarició el segundo poco antes del final del primer acto.

El Hércules arrancó bien la segunda parte, con varias llegadas peligrosas, pero un disparo desde la frontal del área de Jon Bakero, hijo del histórico jugador del Barça, puso el empate en el marcador. Nada pudo hacer Abad. El estadio se congeló.

Multitudinaria invasión de campo al finalizar el partido. EE

El equipo de Torrecilla acusó el impacto y a punto estuvo Montero de fusilar a Aabad, pero Nolan bloqueó el disparo casi a quemarropa del atacante. Poco después, y con el equipo alicantino aturdido, Mateo empalmó alto un remate claro desde el interior del área.

En plena zozobra apareció Javi Moreno, fichaje de lujo del mercado invernal, para realizar la jugada de la temporada, tras sortear a varios rivales, y poner el balón en la cabeza de Coscia, que remató a la red.

El delirio volvió a las gradas y el encuentro se envileció, con más juego subterráneo que fútbol, especialmente tras la salida de Chuli, ex del Hércules, muy motivado y provocador en su regreso al Rico Pérez.

El Hércules, atenazado por la presión, buscó una contra para sentenciar. La tuvo Nico, pero un defensa sacó el balón bajo palos. Los últimos minutos fueron un auténtico tormento de sufrimiento en cada llegada del Lleida al área. Pero el Hércules se agarró a la épica y a su afición para proteger un triunfo que vale un ascenso y pone los cimientos de una nueva era.

Ficha técnica

Hércules: Carlos Abad; Samu Vázquez, Josema, Nolan, Retu; Javi Moreno (Dapaah, min 85), Mangada (Marí, min. 85), Roger, Ketu (Nico Espinosa, min. 74), De la Nava y Coscia (Marcos Mendes, min.74).

Lleida Esportiu: Iñaki Álvarez; Toni Ripoll, Musa Isah (Chuli, min. 77), Campins (R. Figueras, min 41), Óscar Rubio, Cortijo; Montero (Agüero, min. 57), Quadri, Mateo; Becerra y Bakero.

Goles: 1-0, min. 28: Josema. 1-1, min. 51: Montero. 2-1 min. 62: Coscia.

Árbitro: Plaomares Gutiérrez (Comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Isah por el Lleida y a Roger, Coscia y Mangada por el Hércules. Expulsó con roja directa, en el minuto 76, a Javi Soto, del Lleida, cuando estaba en el banquillo.

Incidencias: Última jornada de Liga del grupo 3 de Segunda Federación disputada en el Rico Pérez ante 29.000 espectadores.

Recepción a lo grande

El partido comenzó antes de que silbara el árbitro. Miles de aficionados participaron en una concentración en un solar cercano al estadio, en el barrio de San Blas, para desde allí, junto a los más de 200 jugadores de la cantera, dar la bienvenida al autocar del equipo a su llegada al estadio.

La ocasión no era para menos. Banderas, bufandas, botes de humo de colores azul y blanco recibieron  a los jugadores a su llegada al estadio.

Uno de los momentos más espectaculares tuvo lugar cuando coincidieron los miles de aficionados de la marcha con los que ya estaban en el estadio esperando el autocar. El estadio estalló también en el calentamiento del equipo y a la salida de los jugadores.

El autobús tardó casi 10 minutos en cubrir los 300 metros de la avenida del estadio por la cantidad de aficionados, que apenas podían ver a sus jugadores ante el pasillo formado por las bengalas y botes de humo, además de tracas y casillos de fuegos artificiales.

El Hércules abre con su ascenso una nueva era en su historia tras vencer al Lleida en la última jornada del campeonato regular. No era un rival cualquiera. El equipo llegaba a Alicante también con el objetivo de la promoción.

El equipo alicantino, líder del grupo III y en racha tras enlazar cinco victorias consecutivas, dependía de sí mismo para asegurar el campeonato de grupo y el ascenso de categoría. Y lo consiguió.