Alicante

A base de golpes, sangre, sudor y mucho sacrificio un niño considerado como un prodigio de la lucha por su habilidad para vencer a los rivales se convirtió en un maestro del muay thai, el arte marcial más duro del mundo. Es la historia de Kevin Martínez, nacido en Novelda (Alicante) en 1993, y reconocido como el el mejor libra por libra español y uno de los más destacados del planeta por hacer de esta disciplina un arte con el que con codos, puños, patadas y rodillazos intenta vencer al adversario.

Tras su última pelea, su estreno en la promoción RWS que se retransmitió en la plataforma DAZN, atiende a EL ESPAÑOL de Alicante desde Camboya, desde donde está tramitando su visado para volver a Tailandia, cuna del muay thai y a donde se ha trasladado con el objetivo de exprimir al máximo su potencial.

Con una diferencia horaria de seis horas y atacado por los feroces mosquitos del sureste asiático, cuenta cómo un chico de Alicante se convierte en un especialista de una técnica de lucha inventada a más de 10.000 kilómetros de su pueblo. El noveldense explica que el muay thai es "el arte de las ocho extremidades, fue desarrollado en Tailandia hace 2.000 años para defenderse contra Birmania, Camboya y Laos, ya que en aquella época había muchísimas guerras. Tiene relación con el krabi krabong, un arte marcial tailandés enfocado en el uso de armas como cuchillos y lanzas. Y posteriormente fue ganando popularidad hasta que se fue regulando y haciendo más deportivo".

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Después de probar deportes típicos como el fútbol o algunos de contacto como el kárate, a la edad de 11 años comenzó a entrenar esta disciplina atraído por los guantes de boxeo que utilizaban en el gimnasio y las patadas que veía a los que lo practicaban. "Era como el hermano pequeño de todos, me trataron como una familia", recuerda. Con 15 años ya empezó a combatir contra peleadores más mayores que él de gimnasios cercanos y desde ese momento comenzó a destacar.

Su obsesión con este deporte hizo que lo adoptara como una forma de vida que mantiene hasta hoy y que le ha hecho llegar a ser cuatro veces campeón de España, segundo y tercero en Europa y segundo del mundo en el 2017 en 54 kilos, hito por el que fue invitado a los Premios Princesa de Asturias. El luchador indica que "veía vídeos de muay thai antes de entrenar, entrenaba y después volvía a verlos comiendo".

Rival tras rival se fue ganando el mote del niño prodigio por vencer a contrincantes de mayor edad y peso. Con el paso del tiempo consiguió ser el mejor exponente nacional del muay thai, representando a España en competiciones internacionales en las que venció a los mejores del globo. Para dedicarse a una disciplina tan sacrificada no solo hay que ser fuerte físicamente, "también hay que serlo mentalmente", asegura Martínez.

Kevin Martínez en su último combate.

La violencia de este arte marcial, que permite prácticamente todo menos los golpes bajos y en la nuca, los cabezazos y la lucha en el suelo, entre otras restricciones, hace que sea "el más duro junto a las MMA (artes marciales mixtas) que se hacen en la UFC, con la diferencia de que es más impresionante porque no se permite el suelo". Algo que puede resultar "aburrido si no entiendes los movimientos", resalta el alicantino, quien añade que el deporte tailandés "da lo que la gente quiere".

Con los años, "el cuerpo se va endureciendo y se va habituando a los golpes, aunque hay días que sí que sales más tocado", reconoce el guerrero, quien afirma no haber sufrido ninguna lesión grave en sus 75 peleas. La inseguridad que da que le puedan golpear con codazos, patadas o rodillazos la supera con la tranquilidad de ir mejor preparado que su rival. Uno de sus pilares es saber que su contrincante "no está tan loco" como él y que no ha podido entrenar tan bien antes de subirse al cuadrilátero debido a su pasión por el muay thai.

Etapas en Tailandia

Siendo un fuera de serie en España en un deporte tan minoritario le costaba encontrar a oponentes de su peso. Por ello, junto al deseo de conocer y empaparse de los conocimientos ancestrales tailandeses, Kevin decidió irse a Tailandia. Según el peleador, para poder viajar a la otra punta del mundo tuvo que estar "trabajando a fondo para reunir el dinero posible".

Primero estuvo conociendo el país durante ocho meses y una segunda vez por un año, a lo que siguió una temporada larga en España de tres años. Actualmente lleva dos en el país asiático y cree que esta será "la definitiva, al menos hasta que termine mi carrera". Una carrera que, aunque ahora está en un buen momento, estuvo a punto de peligrar, ya que se planteó el retiro por la "inquietud" que le producía no poder dedicarse a su pasión.

En Tailandia apenas se podía vivir del muay thai. "Era un deporte diseñado para los apostadores, hasta que hace un año y medio entró la televisión para ofrecer un servicio más comercial, y se gana más dinero". Con las inversiones de grandes cadenas como DAZN, "se paga a los luchadores cuatro veces más que antes y con mayor frecuencia de peleas, pudiendo llegar a más de 10.000 euros en el nivel más alto", subraya el alicantino desde la otra parte del mundo.