La Generalitat exige al Gobierno 8 millones para una planta solar para la desaladora de Torrevieja
Las alegaciones al Plan del Segura ya prevén una necesidad de reducción de los costes de la energía ante la sustitución del trasvase por agua desalada.
8 junio, 2021 01:02Noticias relacionadas
Una inversión de 8 millones de euros planta de generación de energía solar para alimentación de la planta desaladora de Torrevieja y la elevación caudal hasta embalse de la Pedrera (Orihuela). Esa es la única solución que por el momento ha encontrado la Generalitat Valenciana para intentar minimizar las pérdidas de caudales en Alicante con los sucesivos cortes de grifo del trasvase Tajo-Segura.
Y esa es la propuesta que han hecho en las alegaciones al Plan Hidrológico de Cuenca del Segura, con cargo a los Prespuestos Generales del Estado, en la planificación entre los años 2021-2027 que tiene que ver la luz en próximas fechas. La planta no tendría porqué estar ubicada cerca de la desaladora, explican fuentes de la Generalitat.
Esta propuesta se produce al mismo tiempo en que el Gobierno inicia la ampliación de la desaladora torrevejense de los 80 hectómetros cúbicos actuales a los 120 que tendrá una vez finalizada. Para ello se ha tenido que construir una subestación eléctrica y conseguir 220 kw que alimente en el costoso proceso de producir agua potable.
El problema se halla en que mientras que los recortes de agua del trasvase ya han llegado, las soluciones tardarán tiempo en estar en funcionamiento. ¿Cinco años para la ampliación?, se preguntaba el pasado viernes José Antonio Andújar (expresidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura SCRATS). ¿Cuánto más puede tardar la planta de energía solar que la alimente?
Los números
Producir un metro cúbico de agua desalada tiene un coste energético de 4 kw (2,4 Kw más la impulsión). La llegada de agua mediante los conductos del trasvase también tiene un coste energético, pero mucho menor. Por eso el agua procedente del Tajo cuesta 11 céntimos de euro el metro cúbico y la desalada entre 55 y 60 céntimos de euro.
Estas diferencias de precio hacen inviable la sustitución, al menos por ahora, del agua trasvasada por el agua desalada. Implicaría el final para la "huerta de Europa", entre Alicante, Murcia y Almería, por una pérdida de competitividad con el esto de mercados.
En los planes del Gobierno está que cada demarcación (un concepto incluso más restrictivo que el de Confederación Hidrográfica) sea "autosuficiente". Así lo han escrito en una respuesta parlamentaria y están intentando hacer que cale el concepto poco a poco entre los dirigentes políticos y la ciudadanía.
La "autosuficiencia" es sinónimo del fin de los trasvases, y especialmente, del Tajo-Segura que en los últimos tiempos se ve amenazado por el cambio de reglas de explotación y el aumento de los caudales ecológicos del Tajo a su paso por Toledo y Talavera.
La Generalitat
La Generalitat Valenciana que gobierna el socialista Ximo Puig está entre la espada y la pared. Si se opone a los planes de su propio partido que intenta ejecutar con mano de hierro la ministra Teresa Ribera y hace una defensa hasta las últimas consecuencias del trasvase Tajo-Segura se la juega ante Pedro Sánchez. Si deja de lado a sus regantes se expone a reforzar el gran granero de votos de la derecha valenciana: la Vega Baja.
Por eso Puig nada entre dos aguas: por un lado dice que el trasvase "es irrenunciable" y de otro que "lo inteligente es ir buscado otros recursos hídricos". Y entre tanto va haciendo propuestas para ir minimizando los golpes que recibe por parte de su propio partido.