Las claves empresariales, políticas y generacionales de la guerra abierta por la Cámara de Alicante
El anuncio de Carlos Baño de que se presentará a las elecciones frente a Juan Riera en marzo reabre viejas brechas en la representación empresarial.
6 noviembre, 2021 01:35Noticias relacionadas
En las últimas décadas no ha habido unas elecciones a la Presidencia de la Cámara de Comercio de Alicante con más de un candidato, pese a las habituales escaramuzas previas. Sin embargo, ahora, tras los anuncios de que se presentarán al cargo el vicepresidente segundo, Carlos Baño (Tescoma), y el actual presidente cameral, Juan Riera (constructor), todos dan por seguro que esta vez sí habrá batalla.
Las elecciones serán en marzo de 2022, por lo que todavía quedan más de tres meses. Primero se votará a los 40 miembros del pleno. La Comisión de Patronos sumará 12 miembros más. Y la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV) propondrá a otras 8 personas para completar los 60 empresarios con derecho a voto para la elección del comité ejecutivo, el presidente y los cargos dentro de la nueva dirección.
El nombre de Carlos Baño ya se daba por sentado hace cuatro años, como relevo de futuro de Riera. Pero no llegó a materializarse. Entremedias se interpuso Antonio Arias (Vectalia) como vicepresidente primero, cortando el paso al empresario del sector del comercio. En todo este tiempo han trabajado juntos en el Comité Ejecutivo de la Cámara, pero defienden proyectos y generaciones diferentes.
En enero de 2021 llegó el gran desencuentro. Riera se puso un sueldo de 48.000 euros para compensar su dedicación a la institución, y Baño y otros miembros del comité ejecutivo se mostraron muy críticos. Este hecho permite afirmar al entorno de Baño que Riera ha anunciado su intención de repetir para "asegurarse su supervivencia". Riera, por su parte, ha explicado públicamente que la pandemia "le ha robado dos años de mandato" para concluir sus proyectos.
Otras decisiones que muchos atribuyen a Arias más que a Riera, como intentar impedir la entrada de Miguel Quintanilla por parte de la CEV en marzo de 2019 -sin éxito- o impedir la entrada de Hosbec (con Nuria Montes) en la dirección de la entidad, han terminado por provocar la fractura.
Un acuerdo imposible
Antes de sendos anuncios ha habido reuniones para llegar a un acuerdo. Baño estaba dispuesto a no presentarse si Riera aseguraba públicamente que estaba preparando una sucesión y que en dos años lo dejaría. Al parecer, el presidente se negó alegando la legitimidad de los electores para designar a sus sucesor.
El problema es que hasta marzo ambas candiaturas van a querer visibilizar sus apoyos y en el mundo empresarial esa realidad es muy compleja. Los candidatos van a tener que ir a buscar voto a voto, sector por sector, y se van a llevar muchos 'síes' que luego en una votación secreta pueden convertirse en 'noes". Más aún si quienes se tienen que retratar son grandes compañías cuyo interés es alejarse de polémicas.
Trasfondo político
La situación de dependencia económica de la Cámara respecto a las administraciones esté generando todo tipo de especulaciones sobre alianzas de unos y de otros. Algo que se vio reforzado después del discurso de Riera del jueves, conciliador con Ximo Puig (PSOE), al que nombró directamente. Todo ello, con el presidente de la Diputación y futuro candidato del PP a la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), presente y a quien ni siquiera se refirió.
Precisamente Mazón procede de la entidad como director gerente de la Cámara durante una década, habiendo trabajado directamente con Riera en los últimos años. Sin embargo, fuentes consultadas por este diario aseguran que entre los planes del aparato del dianense (muchos de los cuales llevan en la cámara desde los años 80), estaba sustituirle si no se hubiese pasado al lado de la política. Así que tienen una relación correcta y cordial, pero no mucho más.
Los críticos con Riera calificaron su discurso de "sumisión" ante Puig. Sus afines sin embargo destacaron el "papel institucional" del presidente para salvaguardar los intereses de los sectores económicos alicantinos.
A todo esto se une otro factor. La pareja de Baño es Gema Amor, destacada dirigente del PP en décadas pasadas -fue hasta consellera de Cooperación- y compartió con Mazón no sólo afiliación, sino un mismo proyecto dentro del partido y una amistad personal.
Sin embargo, ni a Puig ni a Mazón les conviene entrar en una guerra abierta en la que no sacarán ningún rédito político y que, en cambio, les puede perjudicar más que beneficiar si se alían con el que pierda al final del proceso.
Brecha generacional
Tanto Riera como Baño conocen muy bien los entresijos de la Cámara porque llevan en ella muchos años. Y mientras la apuesta del primero es continuísta, la del segundo pretende romper con tendencias enquistadas durante 30 años, que son precisamente las que le gustan a algunos de los "dinosaurios" (como se definen entre ellos), todavía con mucho peso en la entidad cameral.
El actual presidente se ha sacado de la chistera en su anuncio a la reelección la construcción de una nueva sede cameral en el Puerto de Alicante como reclamo de modernidad. Y eso que es de su propiedad el antiguo "Hotel Palas" alquilado al Ayuntamiento de Alicante, con un gran coste en su época.
Baño esgrime proyectos más pegados a pie de calle, como el éxito de su Alicante Gastronómica, que ha supuesto un viento de aire fresco para muchos epresarios tras los duros meses de la pandemia. ¿Será suficiente?
Nada está decidido.