Alicante

El Consejo Nacional del Agua vota hoy el nuevo Plan del Tajo, que incluye caudales medioambientales que afectarán decisivamente al trasvase Tajo-Segura a partir de ahora. En especial el de 8,5 metros cúbicos por segundo en Aranjuez, que los expertos traducen en 105 hectómetros cúbicos anuales menos de trasferencias a las comunidades del levante español.

Las mediciones en Aranjuez afectan directamente al volumen de agua que se puede embalsar en el pantano de Bolarque, que es de donde se nutre el trasvase Tajo-Segura. Cuanta más agua tenga que pasar por segundo en Aranjuez, menos agua se podrá embalsar para enviarla al Mediterráneo.

La propia ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, confirmó el pasado viernes los caudales ecológicos del nuevo plan. La mayoría han bajado desde la propuesta inicial, pero precisamente el que más afecta al trasvase se ha mantenido. Y es que Ribera ha dejado claro en varias ocasiones, incluso al presidente valenciano Ximo Puig, que su apuesta pasa por y sustituyendo el trasvase por la desalación como solución para el Mediterráneo.

Según el catedrático Joaquín Melgarejo, (director del Instituto del Agua y de las Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante), éste déficit de 105 hectómetros va a dejar sin agua a Almería, Murcia y Alicante ya que las desaladoras no están preparadas para sustituir ese volumen de agua.

La de Torrevieja actualmente produce 80 hectómetros y con su ampliación llegará a 120 hectómetros. A esos 40 hay que sumar las ampliaciones de producción de Águilas y Valdelentisco, con 10 hectómetros más cada una. De ahí, a los 105 que se van a recortar, el déficit se sitúa de entrada en 45 hectómetros.

A eso hay que añadir el coste de energía que se lleva el 50% del precio de la "explotación del agua". Elevar el agua desde Castilla-La Mancha al Levante cuesta 1 kilovatio a la hora por metro cúbico y producir agua desalada cuesta 4 kilovatios por metro cúbico.

Desde el Ministerio se sigue insistiendo en que se construirán plantas fotovoltaicas para reducir ese coste (que todavía no están ni diseñadas ni aprobadas). El problema es que los estudios señalan que estas grandes plantas apenas ahorrarían entre un 10 y un 12% el coste energético.

En la actualidad el agua desalada cuesta 0,85 euros el metro cúbico frente a los 0,17 euros del agua trasvasada. Y mientras que el agua del Tajo ya lleva incluidos los costes de amortización de las obras, a los del agua desalada hay que repercutírselos. De ahí que el coste final del metro cúbico pueda llegar a 1,2 euros.

Ante esta situación, la agricultura de regadío de la conocida como "huerta de Europa" está condenada a la desaparición, explica Melgarejo, ya que los precios dejarán de ser competitivos.

Desde la patronal alicantina (CEV), su presidente Joaquín Pérez, ya hizo un llamamiento la semana pasada para la defensa del trasvase: ·"Es un recurso básico para crecer, y de hecho no sólo nos oponemos a esa reducción, sino que sería necesario ampliar el caudal en más de 200 hectómetros cúbicos de media al año".

"El Gobierno todavía está a tiempo de rectificar. Es vital para esta provincia que de una vez por todas nos unamos contra esta decisión y nos demos cuenta de lo que está pasando, porque si no lo hacemos vamos a pagarlo muy caro", añadió. 

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