La Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) ha elegido esta semana a la vicepresidenta ejecutiva del Grupo Pikolinos, Rosana Perán Bazán (Elche, 1975), como su máxima responsable en sustitución de la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marian Cano.
Conocedora bien del papel que juega el asociacionismo como motor de cambio del sector, la también fundadora de Avecal ha accedido al cargo de la presidencia de FICE con la vista en Europa, un terreno que, considera en esta entrevista con EL ESPAÑOL De Alicante, su federación debe pisar más y más fuerte.
¿Cómo exactamente? "España estaba antes en la Confederación Europea de la Industria del Calzado; desde Rafael Calvo, hace unos 11 años, que no ocupamos la presidencia". Sus planes pasan por trabajar todo este año con los presidentes de Portugal, Italia y Francia y, el año que viene, "nos gustaría liderar la confederación", con Perán como presidenta.
Por otro lado, para su presidencia en FICE promete "empezar a entrar y participar en los foros" que organizan la Comisión Europea sobre temas económicos, porque al final, "en Europa es donde se toman las decisión".
Una Europa que está convirtiendo en cuerpo legal la obligación, para sus países miembros, de que el textil y el calzado sean sostenibles y entren en eso que se ha bautizado como economía circular. "Todas las empresas deberán cumplir con esto", recuerda, "aunque ya hay quienes se están adelantando, desde las que realizan materias primas hasta las industriales", recuerda.
De hecho, si hablamos de proyectos que dan una segunda vida al calzado, esta licenciada en BBA (Bachelor in Business Administration) recuerda que en Pikolinos tienen el Proyecto Lázaro, por el cual personas discapacitadas recuperan el calzado usado a través de la Fundación Juan Perán Pikolinos. "Al final somos muchas y cada vez las empresas que estamos haciendo cosas", asevera.
Incertidumbre
Una de las palabras que más se repiten durante la conversación es incertidumbre como contraposición a la tranquilidad, un término en desuso desde antes del Brexit. Después al intento de Trump de imponer aranceles al calzado de países que habían promovido la tasa Google, como España, le siguió el parón por el Covid y ahora el terremoto por la guerra en Ucrania.
"La verdad es que ya no hay tranquilidad, pero bueno, ni para nosotros ni para el resto de sectores", responde. Bajo su premisa de que "los empresarios vamos a tener que acostumbrarnos a gestionar desde la incertidumbre", propone para su mandato en FICE incentivar entre las firmas del calzado medidas que redunden en poder "anticiparse y hacerse más flexibles" a la volatilidad del mercado.
Un mercado, el español el valenciano, que ha pasado de apostar por la deslocalización de su producción, sobre todo en fábricas asiáticas y del norte de África, a la relocalización, la vuelta a casa. Una tendencia al alza que confirma Perán, ya que aquí "las capacidades de producción están en estos momentos hasta arriba". ¿Seguirá España apostando por España? Le preguntamos. "Es difícil responder a esa pregunta porque los planes a largo plazo ya no valen".
A este respecto, si atendemos a los datos del primer trimestre de este año, recuerda esta ejecutiva, las exportaciones del calzado han crecido un 35% en Estados Unidos y más de un 20% en Europa, con Francia a la cabeza.
Una vuelta a la normalidad que parece que está sentando bien al calzado. Lejos quedan los años anteriores donde los frentes no paraban de abrirse, y esto nos lleva a recordar a la anterior presidenta -en funciones- de FICE, Marian Cano. "Ha sabido gestionar muy bien la federación y mantener el tipo", sostiene Perán tras recordar que "le ha tocado lidiar la etapa más dura que se recuerda".
La presidencia de FICE pasa de mujer a mujer, le espetamos. "La mejor noticia es que no haya sido noticia", responde. "Y tenemos que seguir en esta línea", añade. "Si conseguimos el próximo objetivo en Europa también seríamos la primera mujer" en ese cargo, recuerda.