El abandono del campo ha traído un aumento de la masa forestal que, con el cambio climático, se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para los conocidos como 'superincendios' que han asolado diferentes puntos de la Comunidad Valenciana este verano. ¿La solución? Que la agricultura de montaña vuelva al campo. ¿Cómo? Con ayudas públicas.
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Estas son, a grandes rasgos, las conclusiones arrojadas en la jornada ‘Incendios. Gestión Forestal e impacto socioeconómico en nuestro territorio’, organizada por la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (UEPAL), Diputación Provincial de Alicante, Cámara de Comercio de Alcoi y la Federación Empresarial Alcoià-Comtat (FEDAC), que ha reunido a expertos en la materia y profesionales de los territorios afectados de las comarcas de La Montaña.
En ellas se ha hablado de la necesidad de actuar de manera integral con una incidencia en la preparación de las áreas forestales y la recuperación de una agricultura tradicional, necesariamente subvencionada por la falta de rentabilidad pero como herramienta de protección del territorio.
En este sentido, se expresó el catedrático de Análisis Geográfico Regional en la UA, Jorge Olcina, que advirtió que debemos adaptar las estructuras sociales y económicas porque “la situación climática no irá a mejor”, y alertó de la incidencia del fenómeno que definió como “mediterraneización del cambio climático, que supone un calentamiento de la temperatura del agua del Mediterráneo”.
Esto se traduce, según Olcina, en la generación de mayor número de fuertes tormentas, que generan que las causas naturales de los grandes incendios por rayos sean en la actualidad más comunes que los incendios por causas humanas.
El catedrático indicó que para atajar la incidencia de los incendios es necesario actuar en los bosques con la eliminación de masa forestal, recuperar la agricultura de montaña con ayuda pública y mejorar la dotación de los equipos de extinción de incendios.
Por su parte, el presidente de Asaja-Alicante, José Vicente Andreú, defendió la necesidad de recuperar la agricultura de montaña y la ganadería extensiva. “Sin embargo, somos conscientes de que este uso agrícola no es rentable y que, si queremos que haga su papel de regulación del territorio, debe tener incentivos y ayudas públicas”.
Tanto Andreu, como la presidenta de la Asociación Turismo Interior de Alicante, Indira Amaya; el propio coordinador de Incendios Forestales del Consorcio Provincial de Bomberos, Antonio Córdoba; y el diputado provincial de Emergencias, Javier Sendra, defendieron que la agricultura es la que tiene capacidad de generar una malla agroforestal que mejor protege los territorios de los incendios. En la actualidad, el suelo forestal en la provincia de Alicante, incluso con un porcentaje mayor en las comarcas de la Montaña alicantina, es del 70%, que ha ido en crecimiento en los últimos 30 años.
Apoyo público
Para los expertos reunidos por UEPAL, el concepto de ayuda pública para los productos agrícolas o ganaderos de montaña debe pasar “no por el subsidio, sino por la colaboración en materia de promoción, comercialización, diseño y presentación de sus productos que sean capaces de encontrar un nicho de mercado para productos concretos, muy cortos, pero de alta calidad”, indicó el presidente de Asaja. En opinión de Indira, “la producción agrícola, además de las actividades naturales, también son un reclamo para el turismo del interior”.
El director general de Medio Natural, Julio Ramón Gómez, defendió la propuesta y la necesidad de cuidar la interfaz urbana-forestal, especialmente en estos momentos de crecimiento de la masa forestal por abandono de los campos de uso agrícola, líneas de trabajo que la Conselleria de Medio Ambiente está desarrollando.
Desarrollo rural
El vicepresidente de UEPAL, César Quintanilla, enmarcó este evento dentro de las acciones constructivas que desarrolla la entidad en la búsqueda de soluciones a problemas concretos, en este caso enfocado al problema de los incendios forestales y su impacto en el medio rural.
Para Quintanilla, “un desarrollo equilibrado entre los entornos urbanos y los rurales para la provincia de Alicante es esencial. No sólo porque evita la despoblación en determinadas áreas, sino porque genera más oportunidades de desarrollo económico, diversifica la economía y permite generar sinergias de interés común para el conjunto de las fuerzas sociales y económicas de la provincia”.