La totalidad de organizaciones profesionales agrarias y entidades relacionadas con el sector apícola de la Comunidad Valenciana han convocado una concentración de protesta este jueves ante las puertas de las Cortes Valencianas (situadas en el número 4 de la Plaça Sant Llorenç de la ciudad de Valencia).
El motivo es "la insensibilidad manifiesta y la falta de respuestas de las administraciones, sobre todo la Conselleria de Agricultura, a los problemas de un sector con una gran importancia económica, social y medioambiental en nuestro territorio".
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Apicultores llegados desde todos los puntos de la Comunidad Valenciana y pertenecientes a las organizaciones La Unió Llauradora i Ramadera, AVA-ASAJA, Asaja Alicante, UPA-PV, CCPV-COAG, ApiAds y APAC se concentrarán desde las 10:30 horas enfrente de las puertas del hemiciclo autonómico, según informaron en un comunicado.
Las organizaciones convocantes cuestionan que, "mientras el sector agoniza, la Generalitat regula a sus espaldas". Ponen como ejemplo las ayudas a la biodiversidad incluidas en el PDR, que "cuentan con un presupuesto escaso", y "unas medidas inasumibles o las ayudas en compensación por la guerra de Ucrania que no llegan ni siquiera para sufragar un kilogramo de alimento por colmena".
Otras de las reivindicaciones se refieren a que la apicultura trashumante quede excluida de las bonificaciones del gasóleo profesional, que "el plan de viabilidad autonómico de la apicultura lleve ya dos años en el cajón de los olvidos" o el arrastre a la baja de los precios de la miel como consecuencia de las masivas importaciones procedentes de terceros países.
Un problema en España
Lo cierto es que la situación en la Comunidad Valenciana no es un hecho aislado. Este mismo martes decenas de apicultores se manifestaron frente a la sede de la Delegación del Gobierno en Murcia para solicitar ayudas directas que permitan paliar la competencia de la miel low cost importada.
En Andalucía las asociaciones de apicultores también han solicitado un tratamiento específico que tenga en cuenta la fuerte reducción productiva del último año provocado, sobre todo, por la sequía; también se han disparado los costes de suministro, por lo que producir la miel es más caro.
Todas estas fuentes señalan, además, que el etiquetado actual de la miel no ayuda a diferenciar el producto español del procedente de otros países, sobre todo de fuera de la Unión Europea, por lo que demandan "un aumento del control en las etiquetas y sobre la miel".