Alicante

El alto coste de la factura de la luz que se sostiene desde el pasado verano ha disparado la búsqueda de alternativas para reducirlos. Las empresas de instalaciones fotovoltaicas ya tienen lista de espera para poder atender una demanda de negocios que buscan en ella una solución. Y con toda esta marea, la que gana velocidad en su implantación es la instalación de baterías como otra vía de ahorro.

Con la invasión de Rusia a Ucrania llega la última gota que inestabiliza el mercado energético. Lejos queda ya el 1 de junio cuando se cambiaron los tramos de los peajes por horas. En la empresa Cubierta Solar han ido viendo esa agitación en el mercado de las industrias a las que se dedican principalmente desde el pasado septiembre "y lo que ha hecho es acelerar la toma de decisiones con un gran aumento de la demanda".

Desde Benidorm, Luis Navarro es crítico con las subvenciones "tal y como se plantean aquí porque paralizan el sector y luego generan burbujas o distorsiones, como pasó en octubre y noviembre". De ahí que afirme que las ayudas dedicadas al autoconsumo fotovoltaico en España para empresas a esa fecha no eran necesarias". La que sí ve útil es la centrada en las baterías "porque todavía no es una tecnología madura y necesita de un incentivo para que los números sean viables en un plazo razonable".

El actual precio de la electricidad en el mercado sí está distorsionando las previsiones. Si se consideraba durante los últimos diez años un precio normal en el intervalo entre 50 y 60 euros el megavatio. "Según ha ido avanzando el invierno, con la demanda del gas, la crisis logística de las Navidades, se han ido juntando una serie de tormentas perfectas", razona. Y la especulación ha sido la última en romper esta situación.

El coste y el retorno

En el mismo Benidorm la patronal del sector turístico Hosbec ya indicaba que la factura eléctrica representaba antes "aproximadamente un 15%" de todo el gasto del establecimiento en suministros, algo que ahora "se ha podido elevar unos diez puntos sin problema". Y en las instalaciones deportivas han sufrido también ese impacto en particular aquellas que manejan zonas de aguas como piscinas, spas e incluso pistas de hielo. "Muchos gimnasios han tenido que negociar, pactando que el 50 % se paga prorrateado a cuatro meses", indican sobre el pago de facturas eléctricas.

Navarro y otras empresas que se dedican a la instalación de las placas fotovoltaicas están recibiendo desde hace semanas llamadas que reflejan situaciones así. Y lamenta que "no hayamos sido previsores porque a la mayoría de las empresas ahora les ha venido esa tormenta perfecta". La cuestión, añade, es que "el sol sigue saliendo todos los días y tienen la oportunidad de solucionarlo con unos retornos ahora muy, muy fáciles".

Calcular cuánto cuesta la instalación, cómo se paga y cuánto se ahorra es, ahora mismo, el día a día de quienes están pidiendo presupuestos. Navarro puntualiza que "si cojo el precio hoy a 300 euros el megavatio hora en el mercado mayorista me sale un retorno en Alicante de menos de un año".

Por eso recalca que en los informes que prepara se maneja con diferentes escenarios a precios más bajos lejos del actual pico, entre 100 o 150 euros en ese mercado. Con este último, asegura que el retorno de inversión se consigue en menos de dos años. Un tiempo que se puede reducir si se cuenta con las ayudas de los fondos Next Generation de la Unión Europea.

La urgencia manda en conseguir estas alternativas. Estas tardan en colocarse entre quince y treinta días según sea para terciario o las de 1 megavatio en gran industrial. Por eso Navarro cuenta que ya hay clientes que las tienen en marcha y las alquilan a otros que aún no disponen de ellas para suministrarles esa energía. En un mes él mismo tendrá que cumplir con la docena de encargos que tiene ya en la mesa.

Las baterías

¿Y qué pasa con las baterías? Como explica, estos sistemas de almacenamiento no tienen por qué ir obligatoriamente vinculados a una instalación fotovoltaica. Se pueden usar para cargarse en los tramos horarios más baratos y aportar esa energía. La cuestión es que el coste de su instalación "es bastante más alto y respetable". Y eso hace que tras dos años de Covid haya empresas para las que sea más difícil asumir su implantación, reconoce Navarro.

A pesar de ello, ya hay sectores que sí cuentan con esa capacidad económica y que están pidiendo esa opción con las baterías. La subvención, en este caso, sí que la ve apropiada Navarro porque "está todavía desarrollándose mucho" pese a que ya tienen una duración de diez años y 4.500 ciclos de carga. Y ahí valora las que se están ofreciendo ahora desde las administraciones.

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