La empresa alicantina Bioithas lidera un proyecto para apurar hasta la última gota de la cerveza. La investigación que realiza con una universidad y un instituto tecnológico busca las nuevas técnicas para aprovechar los residuos derivados del proceso de fabricación de cerveza.
La Agencia Valenciana de la Innovación, AVI, financia este programa del que esperan la obtención de vitaminas, prebióticos y probióticos, fibras vegetales e ingredientes funcionales.
¿Por qué hacerlo en la cerveza? Como explica la Generalitat y recoge Efe, la gestión de los residuos en los procesos de fabricación de cerveza implica un coste considerable para las empresas del sector. Su correcto tratamiento implica el uso de una infraestructura especializada que repercute tanto en lo ambiental como en lo económico.
El plan es conseguir subproductos de estos residuos que sean capaces de convertirse en una nueva línea de negocio mediante la transformación y manufactura de nuevos productos de valor añadido. Ahí es donde ponen el foco en la obtención de las citadas vitaminas y también proteínas o compuestos antioxidantes. Así esperan sacar más rendimiento y ahorro de la fabricación de la cerveza.
En dos años
El proyecto, que se llevará a cabo durante los próximos dos años, está coordinado por Bioithas. Esta es la entidad responsable de identificar los probióticos e ingredientes funcionales, y cuenta con dos socios más que desempeñan un papel clave.
Así, la Universitat Politècnica de València mediante su departamento de Ingeniería Mecánica y de Materiales optimizará los procesos de extracción y purificación de las sustancias. Más allá de la alimentación, con el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio estudiarán cómo aprovechar las fibras vegetales como aditivo para la transformación de plásticos.
Para el vicepresidente ejecutivo de la AVI, Andrés García Reche, la iniciativa demuestra las oportunidades de innovación que emergen en torno a la industria alimentaria y a la aplicación efectiva de los criterios propios de la economía circular.
"La simbiosis industrial permite convertir residuos de unas industrias en materias primas para otras que, en este caso, además, destacan por su alto valor añadido y por sus usos potenciales en sectores de vanguardia como el biotecnológico", ha señalado.
Por su parte, el CEO y director científico de Bioithas, el doctor Vicente Navarro, ha subrayado que este proyecto de cooperación "pone de manifiesto el interés y el compromiso de las empresas de I+D+i de intentar generar respuestas innovadoras a problemas complejos como el aprovechamiento de residuos, la mejora de la salud de la población o la alimentación del futuro".
Alimentos funcionales
La iniciativa se alinea con las conclusiones de los comités estratégicos de innovación especializados en Agroalimentación y Economía Circular, promovidos por la AVI. En el primer caso, se aboga por la producción de ingredientes funcionales con impacto significativo sobre la salud de los consumidores y, en el segundo, por el desarrollo de técnicas de valorización de residuos alternativas al reciclado mecánico.
Este proyecto de la AVI conecta con la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como RIS3, que coordina la Conselleria de Innovación. En concreto, con el eje de calidad de vida que sitúa, entre sus objetivos generales, la mejora de la eficacia y eficiencia del sistema productivo agroalimentario, así como la promoción de la salud y la sanidad eficiente.